viernes, 26 de agosto de 2005

Neruda y la guerra civil española

A raíz de la lectura de "Confieso que he vivido", las entretenidas memorias de Neruda que tanto nos muestra de la ideosincracia del chileno y nos acerca más a este gran personaje, con todos sus voraces apetitos (de todo tipo), quisiera compartir algunos detalles -aunque no sean del total agrado de una erudita y medieval amiga bloguera- que me han impresionado de ese amargo período de la historia española: su sangrienta guerra civil.
Neruda recuerda que para él la guerra de España empezó el 19 de julio del año 1936, cuando no concurrió a una cita con Neruda, acordada para esa noche, Federico García Lorca, que era apresado y posteriormente fusilado en Granada. Según Neruda, esa guerra cambió su poesía.
Muchos poetas, escritores e intelectuales lucharon contra esa guerra, la que según Neruda despertó la mayor muestra de solidaridad de éstos, más que en la segunda guerra mundial, que empezaría unos años después. Neruda participó en la organización de varios congresos de escritores que se pronunciaban en contra de Franco. Además, por este apoyo, Neruda perdió su cargo de Cónsul en Madrid, ya que Chile apoyaba a este general.
Pero lo que quería contar era como se gestó e imprimió el libro de Neruda "España en el corazón", en plena guerra civil. Un amigo de Neruda, Manuel Altolaguirre, poeta e impresor, instaló una imprenta en el frente del Este, cerca de Gerona, en un viejo monasterio, en medio de los cruentos combates.
Los soldados de ese frente de resistencia aprendieron a parar los tipos de imprenta. Y cuando faltaba papel, lo fabricaron ellos mismos en un molino abandonado. Eso sí, con una mezcla muy extraña, que incluía de todo, banderas del enemigo, túnicas ensangrentadas de soldados moros y otros elementos insólitos, pero a pesar de todo, el papel quedó muy hermoso, según Neruda.
Los pocos ejemplares que se conservan asombran por su tipografía y por los pliegos de su misteriosa manufactura. Incluso, Neruda recuerda haber visto uno de ellos en la biblioteca del Congreso Norteamericano, en Washington, puesto en una vitrina especial, como uno de los libros más raros del mundo.
Neruda termina este relato señalando que apenas impreso y encuadernado su libro, sobreviene la derrota de la República y comienza el éxodo de cientos de miles de españoles, y de estos soldados del Este que, orgullosos de haber trabajado en el libro, llevaban sacos de éstos en su camino a Francia. Esta columna fue muchas veces bombardeada y los pocos que lograron cruzar la frontera fueron muy maltratados. Un bello párrafo finaliza con estas palabras: "En una hoguera fueron inmolados los últimos ejemplares de aquel libro ardiente que nació y murió en plena batalla".

lunes, 22 de agosto de 2005

Confieso que he vivido

Como no pude encontrar el libro que quería leer (Un mundo feliz) tomé este libro de Pablo Neruda, primera parte de sus memorias, obra editada y publicada póstumamente, que me ha llenado de gozo y buenos recuerdos.
Sólo he avanzado unas cuantas páginas, que coinciden con la niñez y pre-adolescencia del poeta en su Araucanía bella y solitaria, las que están muy bellamente escritas (aquí vale la expresión "poéticamente escritas"), pero aún así su lectura me ha dejado contento. Me ha llevado a pensar en mis primeros años, en mis descubrimientos del mundo, en la fascinación que cualquier cosa despierta en un niño. Los insectos, la naturaleza, las telarañas, todo es nuevo y fascinante para uno cuando es chico y esto lo describe muy bien Neruda (¡era que no!).
Es muy lindo cuando recuerda su encuentro con el mar, que fue tan importante para él. Un pequeño párrafo puede decirlo mejor: "Cuando estuve por primera vez frente al océano quedé sobrecogido. Allí entre dos grandes cerros (el Huilque y el Maule) se desarrollaba la furia del gran mar. No sólo eran las inmensas olas nevadas que se levantaban a muchos metros sobre nuestras cabezas, sino un estruendo de corazón colosal, la palpitación del universo". Es hermoso, a mi me sobrecoge.
Ahora no me queda más que seguir con esta gratísima lectura, que desde ya recomiendo a todos quienes quieran saber más de Neruda y escarbar, además, en sus propios y hermosos recuerdos.

sábado, 20 de agosto de 2005

Mi mundo feliz

Ayer, estando con mi hijo mayor en su casa, le pedí el libro "Un Mundo Feliz" de Aldous Huxley, para seguir con mis lecturas sobre utopías y visiones fantásticas de nuestro mundo, pero no lo encontramos, viendo por lo tanto postergado mi deseo de comenzar ese libro sobre una sociedad muy especial del siglo XXVI.
Pero al volver a casa me puse a pensar en la felicidad, en cuanto a concepto y como la enfrento y vivo día a día, motivado además por las lecturas referente al tema que se han multiplicado recientemente en las bitácoras chilenas. Y lo que he encontrado me ha dejado un tanto apesadumbrado.
En primer lugar, estimo que este concepto se relaciona íntimamente con el "ser" (a veces muy alejado del tener) en cuanto a que se es feliz en la medida que nos reconocemos como seres vivos, únicos, formando parte de "algo" que nos protege y nos da sentido a nuestra existencia. Este "algo" puede ser la familia, los amigos, el trabajo, el país, el mundo, cualquier cosa que nos de un sentido de pertenencia y así reconocernos felices de estar ahí. No creo explicarlo bien, pero en mi caso ser feliz lo relacionado con estar con mis hijos, con compartir con ellos y verme reflejados en ellos, con estar con mi familia, con mis padres, con mis amigos, en fin, todos ellos le dan sentido a este concepto abstracto de felicidad.
No creo que la felicidad haya que perseguirla, pues creo que de esta manera nunca se alcanzará pues se asumirá siempre que falta algo aún para tenerla, sin percibir que ésta siempre estará con nosotros en cuanto la dejemos entrar a nuestro corazón (suena cursi, pero así es). A mí me da enorme felicidad ver la sonrisa de mis hijos, jugar con ellos y escucharlos en sus aventuras diarias. Cuando no los veo, los reconozco en otros ojos. Me pasa a menudo que con sólo ver a un niño reir o jugar, mi día cambia por completo y una sonrisa se instala en mi cara.
Aunque estas reflexiones, tan inconexas, no vengan a cuento, las motiva el libro que espero leer la próxima semana. Por cierto, leer me hace feliz.

lunes, 15 de agosto de 2005

La Utopía de Tomás Moro

Tomás Moro es una figura singular cuya influencia llega a nuestros días. Máximo exponente del Humanismo Renacentista, contemporáneo y amigo de Erasmo de Rotterdam, el cual, según ciertos estudiosos, habría colaborado en la principal obra de Moro, "Utopía". Para situarnos cabalmente en la época en que Moro escribió esta obra (año 1516, escrita en latín, traducida al inglés solo en el año 1551, dieciseis años después de su muerte) habría que recordar que recién habían pasado 24 años del descubrimiento del "nuevo mundo", los relatos de las culturas encontradas en esas tierras bárbaras, sobre todo de Américo Vespucio, causaron gran impresión en pensadores de la época y particularmente en Tomás Moro.
Antes de hablar de Utopía, es interesante destacar que Tomás Moro es tan importante para la Iglesia Católica como para los teóricos marxistas. En efecto, Moro fue canonizado por Pío XI en el año 1935, principalmente por oponerse al anglicanismo (lo que le costó literalmente su cabeza, ya que fue decapitado por el Rey Enrique VIII), y los marxistas lo consideran como el padre de la primera sociedad comunista. Como quien dice, "estar bien con Dios y con el Diablo".
Ahora bien, Utopía es una muy interesante obra, sobre todo poniéndonos en el contexto histórico en que fue escrita. Es una crítica, a veces despiadada, de la sociedad europea de la época. No sé si por haber sido escrita en latín no tuvo mayor impacto mediático (aunque, claro está, la gente culta sabía latín), ya que bien le pudieron cortar la cabeza antes por criticar de esa manera a las clases privilegiadas.
Utopía es una isla, un paraíso socialista en que la propiedad privada ha sido abolida, en que no hay diferencias sociales, en que no tienen importancia ni el dinero ni las joyas, donde se trabaja seis horas diarias y las demás se destinan al cultivo del espíritu. En esta sociedad, la medicina es para todos, existe la eutanasia, hay abundancia de alimentos y cada cual pide lo que desea sin contraprestación de ninguna especie. En fin, un verdadero paraíso que se contraponía ferozmente con la sociedad inglesa de la época.
Se profesaba una religión semejante a la Católica, pero se predica total tolerancia de culto, lo que quizá debió llevar a la práctica Moro para conservar su cabeza sobre su cuello, cuando no aceptó al Rey Enrique VIII como cabeza del Anglicanismo.
Esta situación ideal y las críticas que se derivan de ella, son abordadas en la obra a través de los diálogos que mantienen los protagonistas: Pedro Egidio, Rafael Hytlodeo, un navegante portugués, y el propio Tomás Moro, todos de una cultura y experiencia amplísimas. Resulta sorprendente la justificación económica que le da Moro a la delincuencia, ya que en esa época el robo era castigado con la muerte. Moro, en boca de Hytlodeo dice, a grosso modo, que el ladrón se ve en la obligación de robar ya que no tiene otra alternativa luego de que los grandes señores feudales no le daban tierra para trabajarla y no podían emplearse en nada, amén que la pena no se condice con el delito. Un adelantado, sin duda.
Para terminar, quisiera hablar del título. Utopía deriva del griego u-topos, que significa literalmente "no lugar", es decir, ninguna parte, un lugar no existente, pero posible y deseable, según el mismo Tomás Moro.

martes, 9 de agosto de 2005

Antonio Skármeta

A Skármeta, debo confesar, lo conocí por su entretenido, recordado y exitoso programa de televisión "El Show de los libros" el que desde el año 1998, con el nombre de "La torre de papel", se emite semanalmente desde Estados Unidos a la mayoría de los países latinoamericanos. Y siempre con esa sonrisa tan característica, como se puede ver en la foto adjunta.
Pero luego de saber del éxito de sus últimas novelas me decidí a leerlo y me felicito por aquello, pues sus libros me proporcionaron muy gratos momentos. En realidad me sorprendió, pues tenía cierta reticencia a leerlo; su éxito comercial como que no me convencía, pero no más empezar a leer "La boda del poeta" me encantó, tanto que aún hoy la considero como uno de mis libros favoritos, como se puede ver en mi lista, tan sesgada, de mis 10 libros favoritos.
Luego de leer esta novela, a principios del 2004, seguí con "La chica del trombón", otra entrañable novela, continuadora de la anterior, para concluir con "El baile de la Victoria", novela del año 2003 que ganó el Premio Planeta de ese año. Esta última cuenta, con maestría a veces, las aventuras de dos personajes muy peculiares que intentan reinsertarse en la sociedad luego de pasar unas temporadas tras las rejas.
Aunque obviamente Skármeta es mucho más que esto, ya que tiene una larga colección de cuentos y novelas, no puedo decir nada de su obra anterior. Sólo puedo recomendar estas tres novelas que de seguro les harán pasar muy buenos y gratos momnetos.

miércoles, 3 de agosto de 2005

Günter Grass

Este autor alemán, ganador del Premio Nobel en el año 1999, es una de las más notables plumas alemanas de la segunda mitad del siglo pasado. Nació en el año 1927 y luchó en la II Guerra Mundial lo que marcó fuertemente su estilo narrativo. Su obra más conocida es "El tambor de hojalata", escrita en 1959 y llevada al cine en el año 1979 por el cineasta alemán Volker Schlöndorff, cinta que tuvo mucho éxito, ganadora de La Palma de Oro en Cannes y del Oscar a la Mejor Película Extranjera. Günter Grass trabajó en el guión de esta cinta que cuenta la historia alemana desde 1899 hasta la caída del nazismo a través de Oskar, un niño que interrumpe su creciemiento luego de recibir a los tres años el primero de sus tambores de hojalata, del cual no se desprende nunca y marca el ritmo de los acontecimientos. No guardo buenos recuerdos de esta película, que vi a comenzos de los '80, por lo que tampoco me he animado a leer esa novela.
Sin embargo, acabo de leer "El gato y el ratón" (Edit. RBA Editores, 1994 Barcelona), su segunda novela, escrita en el año 1961 y que sigue con la temática anterior sobre la Alemania nazi entregando un descarnado análisis de ésta. Esta novela nos muestra la historia del joven Joaquín Mahlke, quien junto con sus amigos y compañeros intentan llevar una vida normal en ese ambiente enrarecido por la guerra, que en un principio es tan lejana para ellos.
Estos adolescentes empiezan a abrirse al mundo y encuentran en la cubierta de un barco hundido el lugar ideal para sus juegos lúdicos y empezar a hacerse hombres. En este escenario Mahlke, quien tenía una nuez de adán en su cuello impresionante y móvil como un pequeño ratón, hacía proezas con su capacidad para bucear y entraba una y otra vez al dragaminas hundido trayendo pequeños tesoros que compartía con sus compañeros. Empero, el brazo de esa guerra consigue alcanzarlos y Mahlke continúa con sus proezas, pero esta vez en el frente de batalla.
Muy grata novela, fresca, uno se deja llevar por el camino que van descubriendo estos adolescentes alemanes. Es conmovedor cómo tratan de vivir normalmente a pesar de todo, la vida se les abre recién y se ven enfrentados a un conflicto que no es de ellos.
Como leí por allí, para leer a Grass es recomendable empezar por esta novela antes de entrar al complejo mundo que muestra "El tambor de hojalata". Estoy de acuerdo y la recomiendo.
Como dato accesorio, esta novela también se llevó al cine y antes que "El tambor...". Fue en el año 1967 a través de una co-producción germano-polaca dirigida por Hans Jurgen Pohland.

lunes, 1 de agosto de 2005

Libros: (casi) todo lo que hay que leer

Continúo con la lectura de ese excelente libro de Christian Zschirnt, del que escribí en un post pasado. Es magnífica la forma en que la autora introduce cada tema en que dividió los libros más importantes y cómo habla de cada uno de ellos. He aprendido muchísimo y tenga ya una larga lista de libros por leer y/o releer -ya que alguno de ellos los leí en el colegio y francamente no los recuerdo mucho- que espero atacar luego de terminar éste.
Particularmente, los capítulos referentes al amor y al sexo son muy interersantes pues la autora nos lleva a distintas épocas en que este noble sentimiento y esta pasión (tan alejada del amor muchas veces en la historia) han debido atravesar innumerables prejuicios sociales, desde la época marcada por el fin de la edad media hasta la Inglaterra Victoriana con sus costumbres tan conservadoras. Me impactaron obras como "Tristán e Isolda", "Las amistades peligrosas", "Rojo y negro", "Orgullo y prejuicio" y "Madame Bovary", en el apartado "Amor"; y "El Decameron", "Poesías", "Las joyas indiscretas" y "Justine o los infortunios de la virtud" en el capítulo dedicado al sexo.
Empero, y asumiendo que toda lista de libros es tan subjetiva y acotada como el autor que la realiza, hecho de menos sobre todo a autores latinoamericanos. Quizá en el mismo capítulo del amor podría estar algunos de nuestros poetas, el mismo Neruda por ejemplo. Hay muchos novelistas de esta región que tienen merecimientos para integrar una lista como esta. Seremos una cultura nueva, pero hemos dado al mundo muchos grandes escritores.
Y como este libro se me quedó en la oficina por el fin de semana, tuve que tomar otro, que no está incluido en esta lista, "El gato y el ratón" de Günter Grass (el autor de "El tambor de hojalata" una de las novelas más importantes de Alemania post 2ª Guerra Mundial y que también podría estar incluida en el libro de Christian Zschirnt), que espero comentar a la brevedad.