jueves, 19 de julio de 2007

Bitácora para Borges (2ª parte)

Luego de un paréntesis en que mis emociones estuvieron a prueba, retomo la madeja del mundo de Borges. Y se trata realmente de todo un mundo, uno nuevo. En la primera parte de esta entrega Eduardo, nuestro amigo trasandino, nos muestra el camino para entender a este talento de la literatura universal, aunque por motivos de espacio lo dicho ahí estaba más bien circunscrito a su bella poesía (y hay tantos y tan profundos y bellos, que rozan el alma y calan los huesos; he aquí uno de sus mundos); mas, ahora -siguiendo con la transcripción de las palabras de Eduardo- nos adentraremos en un mundo nuevo y todavía más asombroso y mágico, las más de las veces, la prosa de ese inmortal autor.

"Ahora, leyendo a Borges desde allí (esto es, de la tensión entre la cultura europea -culta- y la argentina -popular-) entenderá otra lectura del "El Aleph", ese escritor (que el llama Borges) al cual se le muere esa Beatriz y desciende al conocimiento de Dante, burlándose de Carlos Argentino Daneri, el escritor popular. Si te fijás bien, en la burla hay una envidia, unas ganas de ser popular y una imposibilidad. Una vez descubierto ese saber de la mano de Carlos Argentino, lo reniega. Vuelvo al poema conjetural (transcrito en la entrega anterior): “… pero me endiosa el pecho inexplicable / un júbilo secreto. Al fin me encuentro / con mi destino sudamericano.”

"Toda su obra está partida entre cuentos cultos y cuentos populares. Incluso la obra junto a Bioy Casares; las cuales para mí, que admiro a ambos es lo más flojo de los dos. Me encanta que lo hayan hecho, lo celebro, pero no está a la altura del resto de sus obras, lejísimos. Es un intento, de ambos, de crear algún tipo de literatura de entretenimiento, algo fallido. Además de El Aleph, este tema está en "El Sur" (Ficciones) en el cual cuenta una historia sobre esta tensión.
Es prácticamente autobiográfica, el casi muere por un accidente un día de nochebuena. El Otro (de el Libro de arena) , él se encuentra con él mismo más joven."

Me detengo un poco aquí para contarles que Eduardo no sólo nos explica como acercarnos a Borges, sino que nos presenta un camino sencillo y claro, que por supuesto he empezado a transitar: leí hace unas pocas semanas el "Libro de arena", realmente espléndido, sorprendente y al comenzarlo no queda más que deborarlo. Obviamente, en otra entrega daré mis impresiones sobre los cuentos que conforman ese magnífico volumen. Queda pendiente una nueva lectura de El Aleph.

"Ahora una Bitácora de vuelo sobre su obra. Empezar por los cuentos ‘populares’, fáciles de leer, como para perderle un poco el respeto y ganar en admiración y disfrute. Primero leer esos tres cuentos: El Aleph / El Sur / El Otro.

"Luego los de historias sencillas. Los cuentos que son pura historia: El Muerto (una historia de suspenso, para quien piensa que es muy técnico). Emma Zuns (un policial). El duelo (un Woody Allen). El otro duelo (sangriento, Tarantino queda chico). Ulrica (una historia de amor, para aquellos que piensan que es muy frío).

"Luego esos cuentos cultos, o sobre la cultura, filosóficos, conjeturales: Funes, el memorioso (una tesis sobre la memoria y el olvido). La bibloteca de babel (¿es la cultura algo infinito?). Utopía de un hombre que está cansado (sobre la sabiduría). El otro (la identidad). La lotearía de Babilonia (el azar).

No caben dudas de que Eduardo es un "borges-evangelista", como el mismo se define. A mí me impresionó su conocimiento sobre aquel autor y la pasión que demuestra por su obra. Tengo varios otros poemas que me envió a través de comentarios a estos post y varios párrafos más destacando la monumental obra de Borges que desde aquí vuelvo a agradecer.

Para finalizar, un breve párrafo que retrata a Eduardo y su pasión por la literatura y, especialmente, por Borges:

"Siempre me encuentro charlando con gente y diciendo, no es TAN DIFÍCIL Borges. Debe ser que yo tuve la suerte que nunca me hayan obligado a leerlo. Y ahí le doy instrucciones: Emma Zuns, etc., etc.; en el texto traté de escribir eso que me encontré explicando tantas veces en tertulias. Hay un problema con Borges, una vez que entras, tienes cierto peligro de adicción. Pasé unos meses en mi adolescencia sólo leyendo Borges, el resto me parecía hueco."