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domingo, 8 de noviembre de 2009

Viajes por el Scriptorium

Extraña esta novela de Paul Auster -bueno, ese es uno de sus méritos también- escrita en el año 2006. Para entenderla mejor hay que conocer otras novelas de Auster, lo que la hace aún más incomprensible para quienes se acercan por vez primera a este afamado autor norteamericano.

Según ha declarado el propio autor, esta novela marca el punto final de su carrera, siendo una suerte de homenaje a toda su obra, de ahí que aparezcan guiños a personajes de muchas de ellas.

Ahora bien, "Viajes por el Scriptorium" comienza con el protagonista -Mr. Blank- encerrado en un cuarto, sin saber quién es y por qué está allí. Tampoco sabe dónde está. Sin embargo, comienza a recibir una serie de visitas que algo de luz arrojan sobre su historia. Sabe de alguna forma que aquellos que le visitan están relacionados con él, a algunos les guarda afecto, a otros les teme, todos son personajes que han pasado por las novelas de Auster, contándonos más de su historia, cómo siguió su vida después de protagonizar alguna novela. Ficción dentro de la ficción.

Se hace complejo diferenciar entonces la realidad -que nos representa la obra- con la ficción. La mente del protagonista no se adecua bien a su realidad, sus fantasmas se le aparecen cobrándole viejas querellas, todos tienen algo que decir. No es descabellado pensar que representan una rebelión contra su creador (¿Auster?, ¿Mr. Black?, Dios al fin y al cabo).

Por cierto que la novela entretiene y mucho. Auster ha logrado cultivar un estilo que atrapa desde las primeras páginas. El lector desea tanto como Mr. Black desentrañar los misterios que velan la mente del protagonista, los que se van develando poco a poco. Recomendable.

domingo, 15 de febrero de 2009

Tombuctú

Otro regalo de navidad. Paul Auster -el célebre autor norteamericano- nos tiene acostumbrados a su estilo, algo fuerte, deslenguado, pero certero y claro. Refleja bien los tiempos que corren y retrata magníficamente la marginalidad del gigante del norte, donde no todo es oportunidades y las luces no brillan tanto.

Pero con esta novela, del año 1999, sorprende aún más. Su protagonista es Míster Bones, un perro cualquiera -un quiltro diríamos aquí- con ciertas particularidades muy especiales: tiene más humanidad que muchos de nosotros, siente, sueña, piensa, ama, acompaña, en fin, se comporta como el mejor de los amigos (¡acaso un perrito no lo es siempre!) siempre fiel al lado de su dueño, el vagabundo William Gurevich, hombre con cierto talento literario, hijo de inmigrantes europeos, pero que cayó en desgracia por varios de los vicios conocidos, llegando a extremos sicóticos -un encuentro místico con el mismísimo Santa Clauss a través de la TV que le cambió la vida, dedicándola desde entonces a la caridad, haciéndose llamar desde ese momento Willy Christmas.

Pero éstos son detalles. Míster Bones sabe que su amo se muere. La crudeza del clima del norte, las noches a la intemperie, la lluvia, la escasa y mala alimentación han llevado a Willy Christmas a la ciudad de Baltimore, seguro su último paradero, en busca de la antigua maestra de William, la única que creyó y alentó al entonces joven estudiante en sus afanes artísticos, con el fin de entregarle todos sus escritos. Míster Bones ha aprendido todo lo que sabe de su amo. Lo ha escuchado por muchos años, han aprendido a sobrevivir los peores días de sus vidas, pero no sabe que hará cuando se encuentre solo.

La angustia que todos sentimos ante una pérdida inevitable la comienza a vivir Míster Bones, con el agravante que no la puede compartir -sólo le falta hablar- y tiene que afrontarla como pueda. Sueña la muerte de su amo tal como ocurre y se ve solo y desamparado, comenzando un peregrinaje que lo lleva a dos lugares muy distintos pero donde es acogido por un tiempo.

Sin embargo, los recuerdos, el abandono emocional, los sueños recurrentes, la promesa de encontrarse con su amo en Tombuctú -el lugar tan especial del que le habló su amo al que iría una vez muerto- comienzan a desestabilizalo, precipitando los acontecimientos, relatados con la maestría de siempre por este observador sagaz de las miserías humanas, como lo es Auster.

martes, 22 de mayo de 2007

La música del azar

Otra espléndida novela (del año 1990) de Paul Auster, el famosísimo y prolífero escritor norteamericano, llamado a constituirse en uno de los grandes de las letras del gigante del norte. Aunque debo reconocer que me gustó más la anterior que leí de él (La Noche del Oráculo), también se percibe en ésta una gran imaginación y una facilidad pasmosa para escribir, una soltura en su pluma que hace de la lectura de sus obras una experiencia muy agradable, con ganas de seguir leyendo hasta acabar la novela de turno.
La historia se centra en Jim Nashe, un bombero que no ha sido tratado con especial cariño por la vida (tampoco él ha ayudado mucho, sin duda). Cuando es abandonado por su mujer -y luego de haber recibido la herencia de su padre ausente- (no hay mal que por bien no venga, dicen por ahí), se lanza a una vida loca, sin ningún compromiso más que viajar en su moderno automóvil por todo EE.UU., huyendo de todo y sobretodo de sí mismo.
Luego de casi un año en esto recoge en una autopista a un joven malherido, Jack Pozzi, que resulta un tiro al aire, otro tipo solitario que se gana la vida como jugador de póker. Y en este momento empieza realmente la novela. Si alguien se acuerda de la famosa serie televisiva de los '60 y '70, "La dimensión desconocida", me entenderá enseguida si le digo que lo que sigue se asemeja a las historias de esa espectacular serie.
Nashe y Pozzi se asocian para tratar de dar un gran golpe en una partida con unos excéntricos millonarios. Como a Nashe ya poco le queda de la herencia (algo le ha dejado a su pequeña hija) no le parece muy loca de idea de financiar al frágil e iluso Pozzi, convencido de su bondad como jugador.
Ya cuando ingresan a la mansión de estos dos millonarios, donde se escenifica la partida -que no aparecen como una gran amenaza- el azar y la causalidad empiezan a jugar un gran papel, que conducirá a los protagonistas por insospechados caminos -de aquí la alusión a la dimensión desconocida- por donde deberán transitar sin conocer a dónde los conducirán ni con qué se deberán enfrentar.
Auster logra crear una gran atmósfera, la tensión va in crescendo, la enajenación de los personajes principales también, lo que hace vislumbrar que la situación no acabará muy bien, lo que evidentemente deberá descubrir el lector. Muy entretenida, recomendable para estos días de otoño, ya que como la contaminación nos ahoga, nada mejor que quedarse en casa con una buena novela.
Como dato anexo, en el año 1993 fue llevada al cine, con el mismo título (The Music of chance) y con James Spader en el papel de Jim Nashe.

miércoles, 14 de junio de 2006

La noche del oráculo

Sugestivo nombre para una gran novela. Escrita por el norteamericano Paul Auster, esta novela nos revela toda la magia creativa de un gran escritor. Narra la historia de Sidney Orr, un joven escritor convaleciente aún de una enfermedad que debería haber acabado con su vida, que empieza de a poco a escribir cuando, a raíz de sus paseos habituales, descubre una pequeña librería (o papelería como le llaman en esta obra, un nombre bastante apropiado) atendida por un enigmático chino y es seducido por un raro cuaderno portugués donde comienza a desarrollar una interesante historia que podría transformarse en una novela, basada en una idea sacada de "El halcón maltés", idea surgida de una conversación con John Trause, un escritor famoso, amigo personal, y especialmente amigo de la esposa de Sidney, Grace.
Todos estos personajes, más los que va creando el propio Sidney en su novela -en la cual hay, por lo demás, otra novela que forma parte fundamental de la trama y que se llama "La noche del oráculo"- están muy bien desarrollados, son muy creíbles, tanto que las relaciones entre lo imaginario y la vida íntima del protagonista se entremezclan en forma extraordinaria, como si las palabras, la imaginación en último término, fuera creadora de vida. El efecto que se crea al tener una novela dentro de una novela la que, a su vez, está dentro de una novela es muy efectista, logrando conducir al lector a un verdadero enjambre narrativo que atrapa y atrae fuertemente.
Creo, sin embargo, que no es fácil describir esta novela. Me suscribo a un comentario que aparece en la contratapa que dice que esta novela es "una perfecta combinación de personajes y de brillante estructura narrativa. No hay una síliba innecesaria y nos atrapa desde la primera frase. Cercano a la perfección".
Pero es mucho más que eso. Cuando uno cree que ya pasó todo, sucede lo impensado que provoca un remezón grande, inesperado, kafkiano. La vida depara a veces esas sorpresas que nos llevan a decir que ésta supera a la ficción. En este caso, la ficción que crea Auster es extraordinaria, construyendo una espléndida novela, que vale la pena leer. Refleja una sociedad norteamericana de clase media decadente, efectista y violenta. Nos muestra de la mejor forma posible los problemas que agobian y preocupan a sus ciudadanos. La recomiendo sin reparos.
Paul Auster es un autor reconocido, con un prestigio bien ganado. Muy imaginativo, su extensa obra tiene entre sus títulos más destacados a El Palacio de la Luna (1989) y Leviatan (1992).