Extraña esta novela de Paul Auster -bueno, ese es uno de sus méritos también- escrita en el año 2006. Para entenderla mejor hay que conocer otras novelas de Auster, lo que la hace aún más incomprensible para quienes se acercan por vez primera a este afamado autor norteamericano.
Según ha declarado el propio autor, esta novela marca el punto final de su carrera, siendo una suerte de homenaje a toda su obra, de ahí que aparezcan guiños a personajes de muchas de ellas.
Ahora bien, "Viajes por el Scriptorium" comienza con el protagonista -Mr. Blank- encerrado en un cuarto, sin saber quién es y por qué está allí. Tampoco sabe dónde está. Sin embargo, comienza a recibir una serie de visitas que algo de luz arrojan sobre su historia. Sabe de alguna forma que aquellos que le visitan están relacionados con él, a algunos les guarda afecto, a otros les teme, todos son personajes que han pasado por las novelas de Auster, contándonos más de su historia, cómo siguió su vida después de protagonizar alguna novela. Ficción dentro de la ficción.
Se hace complejo diferenciar entonces la realidad -que nos representa la obra- con la ficción. La mente del protagonista no se adecua bien a su realidad, sus fantasmas se le aparecen cobrándole viejas querellas, todos tienen algo que decir. No es descabellado pensar que representan una rebelión contra su creador (¿Auster?, ¿Mr. Black?, Dios al fin y al cabo).
Por cierto que la novela entretiene y mucho. Auster ha logrado cultivar un estilo que atrapa desde las primeras páginas. El lector desea tanto como Mr. Black desentrañar los misterios que velan la mente del protagonista, los que se van develando poco a poco. Recomendable.