Hoy culmina su andar por nuestra capital la "Pequeña Gigante", esa enorme y maravillosa marioneta accionada por un ejército de liliputenses de la compañía francesa de teatro callejero Royal de Luxe. Desde el 25 de enero ha tenido totalmente convulsionado a Santiago, con su espectáculo del "Rinoceronte escondido", el que ha dejado su huella de destrucción en distintos lugares del centro capitalino.
Hay que convenir que el montaje ha sido espléndido: microbuses y automóviles destruidos, unos encima de otros; trenes enterrados luego de la feroz envestida del rinoceronte asustado en la gran ciudad; paraderos destrozados; y una pequeña gigante que busca con toda tranquilidad al asustado animal, para encerrarlo y devolverlo a su tierra.
Fascinante. No se puede describir sino que con esta palabra. Una mágica historia, una marioneta que pareciera cobrar vida (la Pequeña hace una vida absolutamente normal, se levanta de su cama gigante, se ducha, se viste, va al baño, saluda a la gente que la acompaña, toma helados y baila, para luego descansar de su extenuante recorrido por las calles del centro en busca del rinoceronte), con gestos muy bien logrados, que le dan una humanidad única, si pareciera que mirara a todos. Sólo le falta hablar.
Me considero afortunado por que tuve la posibilidad de verla -al igual que miles de santiaguinos- en la Plaza de Armas, desde un cómodo balcón que me daba una magnífica visión de ella y de su impacto. Es impresionante la convocatoria que ha tenido este maravilloso espectáculo, que cierra el festival de este año de "Santiago a Mil"; ha acercado al gran público un espectáculo teatral de primer nivel, de categoría mundial, demostrando que la gente está ávida de cultura, sedienta de emociones gratificantes como esta y dispuesta a esperar horas para ser parte de una obra, en que ellos son protagonistas.
Quisiera que no terminara nunca; es sólo una ilusión, una mágica ilusión, pero nos ha hecho bien, nos ha hecho olvidarnos por unos días de los problemas, de la realidad y nos ha transportado a ese mundo mágico del que éramos parte cuando chicos. Gracias Pequeña Gigante. Más comentarios en Campana de Gauss.
3 comentarios:
sí, ha sido una distracción..
un beso
Fue genial!!! y obviamente circo pal pueblo. uyyyyyyyyyyy que pesado el comentario, jajajaja
Me sumo al beso de la elisa.
Yve
Publicar un comentario