viernes, 25 de enero de 2008

Pasiones griegas

Llamativo título, linda portada, pero siempre me ha inquietado que para este autor -Roberto Ampuero- sea más importante su nombre que el título de su obra. Me ha pasado ya con varias obras suyas, siempre su nombre mucho más grande que el título, a la altura de su ego me imagino.
Dejando atrás este detalle nimio, Pasiones griegas es una espléndida novela, muy entretenida, en el estilo de este narrador nacional, en que algunos de sus personajes son exiliados chilenos (me acuerdo de "Los amantes de Estocolmo" o de "Nuestros años verde olivo", por ejemplo).
Pero no se crea que es una novela donde el exilio es visto con resentimiento, al contrario, el protagonista, Bruno Garza, tiene un buen pasar en EE.UU., es un académico universitario con una vida tranquila, ya casi resuelta, cerca de la cincuentena, casado con una centroamericana, con una hija estudiando en Nueva York, con algunos affaires a su haber que más que provocarles problemas morales u de otro tipo lo hace sentirse orgulloso, pero que de golpe y porrazo ve todo tambalearse cuando recibe un email de su esposa, Fabiola, que le dice que no volverá y que no piense en llamarla ni buscarla, es decir, lo abandona.
¿Qué ha pasado?, ¿qué ha sido de su "fuerte" matrimonio?, ¿quién es su señora?, ¿cómo me ha vencido la rutina y el acostumbramiento?, ¿qué es el amor finalmente?, ¿existe? Bruno comienza a cuestionarse todo y empieza una loca travesía tras su esposa, sin estar seguro del motivo por el cual la busca.
Aquí es cuando uno empieza a envidiar al protagonista. No sólo no tiene problemas de dinero ni de tiempo, como todo gringo que se precie de tal, sino que su búsqueda lo lleva a lugares de ensueño, en centroamérica y Grecia, y además tiene una suerte loca con las mujeres europeas, llevando a la práctica fantasías atesoradas por todo hombre, y eso que está buscando a su mujer!!
Pero poniéndonos un poco más serio, es preciso decir que la novela es muy robusta en tratar temas delicados como la relación de pareja, las infidelidades y las huellas profundas que deja en quienes las sufren, como asimismo las tentaciones a que estamos todos sometidos en esta vida.
Ampuero muestra todo su oficio de narrador al meterse en la mente de Bruno; lo que se refleja igualmente en cómo mezcla estupendamente los recuerdos del pasado de su señora con las propias vicitudes del protagonista, que permiten al lector ir conociendo tanto a uno como al otro y hacerse una idea global del por qué de los acontecimientos.
No deseo entrar en más detalles para no desentrañar los misterios de la novela; sólo me queda recomendarla entusiastamente, al lado de un lago o la playa y acompañado de una bella mujer. ¡Qué mejor!

viernes, 18 de enero de 2008

Murió Bobby Fischer

¿Y quién es Robert "Bobby" Fischer, se preguntarán muchos? Quizás el mejor ajedrecista de todos los tiempos, y si no, está entre los tres o cuatro mejores, junto a Capablanca, Kasparov y Alekhine.

Para todos quienes amamos el ajedrez, la pérdida de este verdadero genio es impactante. El ajedrez le debe mucho a Fischer, y no sólo en los aspectos meramente técnicos -era un jugador realmente genial, infatigable buscador de la victoria, jugador de ataque, táctico sin igual- sino también en que lo situó en un lugar que nunca tuvo cuando se enfrentó a
Boris Spassky por el título mundial en el año 1972, en la ciudad Islandesa de Reykjavik, en el llamado Match del Siglo, y lo venció por un categórico 12,5 a 8,5, proclamándose campeón del mundo. Y fue una verdadera guerra, en plena "guerra fría" entre occidente y la URSS y un tremendo golpe para el orgullo soviético, que les había permitido mantener el título mundial de ajedrez en sus manos por muchísimos años.

Recuerdo cuando empecé a estudiar ajedrez, allá por los últimos años de la década del '70, Fischer ya se había retirado del ajedrez activo al negarse a defender su título mundial con el aspirante
Anatoly Karpov, y yo estudiaba las partidas de ambos y muchos otros grandes ajedrecistas y me costaba decidirme quien me gustaba más. Había un choque cultural y de estilos muy fuerte. Si el estilo más bien frío y pragmático de Karpov -un magnífico jugador- o el estilo más impulsivo de Fischer, más alegre y arriesgado. Me incliné más por el soviético, ya que Fischer comenzaba a ser leyenda y Karpov estaba en la cumbre defendiendo su título primero contra Korchnoi (un par de veces, en encuentros memorables) y luego contra la aparición del nuevo genio del ajedrez, Gary Kasparov.

Fischer será recordado como un genio del ajedrez -su vida fuera de este ámbito dejó mucho que desear- y sus partidas se seguirán reproduciendo por siempre. Este será su mejor homenaje.

jueves, 10 de enero de 2008

El huracán lleva tu nombre

Esta novela de Jaime Bayly -la última que leí el año pasado- sigue la tendencia de las anteriores de este peculiar escritor peruano, muy divertida, un tanto controversial e hipócrita, pero por sobre todo entretenida, que da gusto leerla y saca no pocas sonrisas, ideal para estos días, algo más relajados del verano abrasador de Santiago.
Nos cuenta la historia de Gabriel, un joven de buena familia, que se gana la vida haciendo un talk show en la televisión peruana, con deseos de convertirse en un escritor famoso y con ciertas predilecciones por chicos de su mismo sexo. (Cualquier semejanza con la vida del propio autor no es coincidencia, es parte de su vida novelada).
Gabriel, que aparece como pintoso y galán en la TV, cuida de su imagen de tal, aunque tiene como novio a un mediocre actor, Sebastián -de quien se siente enamorado- el que también se cuida de no dar a conocer su condición bisexual apareciendo públicamente con una novia oficial.
Un buen día, en una disco de moda, Sebastián le presenta a un par de amigas, entre las cuales se encuentra Sofía, una antigua amante. Gabriel se siente muy atraído por esta bella chica, invitándola a su departamento donde terminan acostándose, dando así inicio a una singular historia de amor, llena de altos y bajos, con momentos muy lindos y otros francamente deleznables, que demuestran todas las facetas que puede abarcar el hombre en ese misterioso camino del amor.
Sofía, que también proviene de una acaudalada y tradicional familia, tiene una capacidad infinita para amar y perdonar a Gabriel, no cree en la homosexualidad o bisexualidad de éste, y lo insta a escribir, a dejar la televisión y a gozar la vida juntos.
Ciertos acontecimientos políticos en el Perú -la era de Fujimori en su apogeo- obligan a Gabriel a tomar drásticas decisiones: deja la TV, se instala en EE.UU. junto con Sofía y comienza a escribir, con el recuerdo siempre presente de Sebastián y con el convencimiento de que no durará mucho con Sofía.
De aquí en más, el huracán que cambiará su vida empieza a fortalecerse y los azota con fuerza, el destino tenía algo que decir y el recuerdo de su relación con Sofía perdurará con fuerza. Todo se complica, a extremos que las familias se involucran y Gabriel, como es de suponer, no se lleva bien ni con la él ni con la de Sofía.
En fin, no quiero seguir para no estropear la lectura de esta obra. El típico humor de Bayly aflora a cada instante, hay muy buenos momentos en la novela, muy bien logrados, que da gusto leerlos, algunos suenan algo repetitivos, pero son los menos; Bayly le da una gran fluidez a sus novelas que las hace muy fáciles de leer y esta no es la excepción. No se arrepentirán si la leen, se las recomiendo.