jueves, 24 de marzo de 2011

Bajar la cortina!

Eso me he preguntado desde hace un tiempo. Será mejor dejar este blog hasta aquí o incluso cerrarlo lisa y llanamente o seguir mintiéndome y decirme que pronto tendré el tiempo de escribir en él y comentar mis últimas lecturas.

Aún no lo decido y la verdad es que tampoco he leído tanto. Y a veces hasta me olvido de los liros que leí hace pocos meses. Veremos de cuantos me acuerdo.

Recuerdo sí con agrado el libro que leí en vacaciones: La Profecía de la Atlántida, de Thomas Greanias, muy entretenido, en un estilo que recuerda mucho a Dan Brown. Pero en este caso el protagonista es incluso más listo, intrépido y capaz que el mismo profesor Langdon.

Tiene todos los ingredientes de acción, misterio y conspiraciones que uno se pueda imaginar, pero bien enlazados por el autor, que le da un gran ritmo a la novela. Se mezcla la alta política, el Vaticano, las cofradías, las amenazas de destrucción masiva, conspiraciones varias y sectas que tienen inundado al mundo en los puestos de poder más importantes. Pero todo encaja bien y se deja leer con agrado.


Este libro se suponía que era un regalo de Navidad para mi hijo mayor, pero como ya lo tenía, no quise cambiarlo y lo leí en mi descanso veraniego. Quedé conforme.

En estos meses también he leído varios otros libros, algunos más interesantes que otros por supuesto. "El Santiago que se fue", de Oreste Plath, es de esos libros que me entretienen pues cuentan anécdotas e historias de mi Santiago querido, de mi viejo Santiago, citando lugares que conocí y personalidades interesantes. No es para todos los gustos.

También me entretuve con "Cuentos que me impresionaron, 2", recopilados por Ernesto Sábato. Muy buena selección de este gran escritor argentino. Vale la pena.

Y finalmente, por estos días me ha acompañado -más días de lo que pensaba- "El libro de Lagos", esa obra de la periodista Patricia Politzer, que resume años de conversaciones con el ex Presidente Ricardo Lagos, que deja ver toda la capacidad y valentía que tuvo este personaje público para enfrentarse a la Dictadura y enfrentarse a nuestra compleja transición democrática. Interesante obra.

viernes, 30 de julio de 2010

Esclavo del tiempo

Nada que decir. No he tenido tiempo para escribir desde hace varios meses. Eso sí, he leído algunas cosas que espero comentar dentro de poco.

Pero igual no me queda tiempo para leer o el tiempo que me gustaría leer. En 4 meses sólo he leído tres libros!! (además de algunos técnicos y de temáticas de mis trabajos que no vienen al caso). Uno es el "Profeta" de Khalil Gibran, hermosa obra, mágica e inspiradora.

El siguiente fue "Brooklyn Follies" de Paul Auster, uno de mis autores favoritos, que logra imprimirle un gran ritmo a todas sus novelas. Muy buena, como todas sus obras en general -hemos comentado otras 4 novelas de este autor norteamericano- imaginativa y convincente.

Y por último, terminé de leer recién "Una semana de octubre" de Elizabeth Subercaseaux, interesante novela de esta autora nacional, basada en un tema muy sensible, bien llevado aunque predecible.

En fin, tres obras muy distintas entre sí, pero todas atractivas y recomendables, que espero comentar a la brevedad.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Juan Salvador Gaviota

La verdad es que se me ha hecho difícil leer por estos días y más aún escribir estos comentarios. El tiempo no me ha acompañado, cambio de departamento, búsqueda de nuevos proyectos, trabajos pendientes y terremotos varios no me han dejado espacio para esta deliciosa actividad de leer.

Empero, entre trámite y trámite pude leer (releer a decir verdad) hace un par de semanas esa extraordinaria fábula de Richard Bach llamado Juan Salvador Gaviota, que después de cada lectura -y con unos años de más en el cuerpo- hace tanto sentido y hace tanto bien, cuanto más luego de las catástrofes que nos trajo el terremoto de fines de febrero.


Juan Salvador Gaviota -no diré nada nuevo- es una fábula que ha marcado a varias generaciones. Juan Salvador es una gaviota que cree que hay algo más que simplemente luchar por el alimento. La existencia no puede estar suscrita sólo a aquello y en el vuelo y su perfeccionamiento encuentra el sentido de su vida. Este solo planteamiento -el sentido de nuestra vida- ya nos deja marcando ocupado, hoy mucho más que cuando la leímos en el colegio.

El perfeccionamiento, el amor puesto en lo que uno hace, la entrega, el no ser parte del rebaño, y un largo etc., nos va mostrando Juan Salvador a través de estas breves páginas, que llenan de emoción y nos plantean complejas preguntas que muchas veces no nos queremos responder.

No pretendo decir más, sólo los invito a leerlo o -para la gran mayoría- releerlo, pero con otros ojos, con una nueva mirada, pues las enseñanzas de Juan Salvador calarán hondo, se los aseguro.

domingo, 21 de febrero de 2010

El símbolo perdido

En las vacaciones leí este libro, la última novela de Dan Brown, publicada con gran bombo a fines del año pasado. Tal como en las otras novelas de este autor norteamericano (comentadas en este mismo espacio), la acción es la tónica, el ritmo de los acontecimientos es galopante, no hay pausa y no dan ganas de dejarlo. Pero –siempre hay un “pero” lamentablemente– esta entrega pierde mucha fuerza a medida que se acerca el final, por no decir que guatea, si me permiten usar este chilenismo.

Empero, vayamos por parte. El clásico e intrépido protagonista, Robert Langdon, un profesor experto en simbología que a estas alturas es ya más famoso que el Comisario Maigret, Hércules Poirot y Sherlock Holmes juntos, se ve envuelto en una compleja trama que involucra a la CIA, a los Masones, a una poderosa familia norteamericana y a un antiguo secreto que es capaz de modificar el mundo, todo condimentado con las excentricidades de un maniaco que busca apoderarse de ese poderoso secreto para ser el hombre más poderoso de la tierra. Y ambientada en Washington y en sus numerosos edificios históricos.

Langdon, que cada vez se asemeja más a un hombre superdotado que lo sabe todo, intenta por todos los medios salvar a su amigo y mentor, Peter Solomon, otro genio, el máximo grado de la Masonería gringa y depositario y custodio de las claves que desentrañan ese gran secreto, que está en poder de dicho lunático, que se hace llamar Mal’akh. Con la ayuda de Katherine Solomon y burlando a las fuerzas de élite de la CIA, comienzan una carrera contra el tiempo en pos de descifrar el symbolom que lleva al secreto anhelado, única manera de salvar a Peter Solomon, quien sufre los horrores de su cautiverio. Mal'akh se ha preparado por largos años para este momento: "invitó" a colaborar a nuestro héroe Langdon con una antigua representación -pero llevada a un extremo de máxima crueldad- con la idea de que él era el único que podía encontrar un antiguo Portal y hacer realidad las añejas leyendas de un poder oculto custodiado por los Masones.

Desde ese momento se suceden acontecimientos increibles, delirantes, se recrean historias y leyendas remotas que hablan de sabiduría, de iluminación, de elevación; aparece también el concepto de ciencia noética -estrechamente relacionada con el poder de la mente y con la sabiduría de la antigüedad- donde por supuesto Katherine Solomon es la experta mundial sobre la materia y que dejará al mundo impresionado con sus descubrimientos, lo que nunca se termina de desarrollar convincentemente.

En fin, un ritmo trepidante que atrapa, una historia que entretiene mucho, es verdad, pero que queda al debe con un final algo pobre, donde no se logran amarrar todos los cabos sueltos y no se desarrollan convincentemente ciertas situaciones que debieran haberse tratado más.

domingo, 31 de enero de 2010

Me pongo de pie

Como corresponde, el primer libro que leo cada año es alguno de los que he recibido como obsequio de Navidad. En este caso, se trata de un simpático libro con historias mundialeras y de la Selección chilena de fútbol, escrito por Pedro Carcuro y Esteban abarzúa, en un estilo muy ameno y fluido.

"Me pongo de pie" es una buena selección -como la de Bielsa, un recurrente personaje de las historias de Carcuro- de curiosidades y anécdotas relacionadas con el fútbol, especialmente en las citas máximas, los Mundiales. Varias son archiconocidas, pero algunas son totalmente nuevas, desconocidas, muy sabrosas y que aportan al conocimiento ciertamente irrelevante de los amantes del fútbol.

Poco hay que comentar de esta obra. Reconozco que me entretuvo, algunas anécdotas las comenté con mi hijo mayor Gonzalo, especialmente las relacionadas con Brasil -su selección favorita- algunas otras me sorprendieron, pero la verdad es que ya no las retengo (terminé de leerlo hace varias semanas). Esto indica que Me pongo de pie es un libro sencillo, que puede acompañar muy bien las tardes de playa, de lectura fácil pues son anécdotas cortas y no requiere mayor concentración y que se puede leer abriendo cualquier historia, pues están bien contadas.

Ahora sí estoy leyendo un libro interesante, que requiere su tiempo: "El símbolo perdido", de Dan Brown, el autor del Código Da Vinci, el que espero terminar en mis vacaciones, que pronto empiezan.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Mil grullas

Otra novela de Yasunari Kawabata, la tercera que leo en poco más de dos meses del mismo autor. Si bien la segunda no me gustó mucho (En el lago), ésta se acerca mucho a la primera, que me encantó (Lo bello y lo triste).

El simbolismo japonés, las tradiciones tan arraigadas en la población, la importancia de las ceremonias -entre otras, la del té, como en esta novela- quedan extraordinariamente plasmadas por la pluma de Kawabata y son una verdadera atracción para nosotros los occidentales. O por lo menos, para mi, pues me cautivan. Además, este autor es maestro en describirlas, lo que se agradece. Las imágenes, los olores y la belleza casi se palpan de tan reales que se nos muestran que es todo una delicia.

La ceremonia del té es un rito con muchos fines, o más bien, se desarrolla en una múltiplicidad de situaciones, algunas cargadas de fuerte erotismo, ý cuyos cultores la transmiten de generación en generación. Los tazones y los utencilios son verdaderas reliquias, los que se van heredando o transmitiendo de familia en familia.

Pero por qué tanto preámbulo relacionado con está ancestral ceremonia. Pues es parte vital de la trama de esta espléndida novela. El padre del protagonista, Kikuji, era un consumado maestro de esta ceremonia, que compartía con sus amantes. A la muerte de aquél, Kikuji recibe una invitación a participar de una de estas ceremonias, organizada con la intención de buscarle novia.

Chikako, una oscura mujer, ex amante de su padre, comienza a inmiscuirse en la vida de Kikuji. Ella es la organizadora de tal ceremonia, en la casa de la señora Ota, una mujer que tendrá gran protagonismo -junto a su hija- también una antigua amante de su padre.

Las intrigas, las mentiras y engaños se suceden, desgracias varias suceden, con muertes incluidas, todo alrededor de la figura, frágil más bien, de Kikuji, que vive aún a la sombra de su padre y de sus relacioines amorosas. Mucho tiene que ver la despiadada señora Chikako.

En síntesis, una gran novela, deliciosa para los sentidos, de uno de los autores clave de la narrativa japonesa contemporánea.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Viajes por el Scriptorium

Extraña esta novela de Paul Auster -bueno, ese es uno de sus méritos también- escrita en el año 2006. Para entenderla mejor hay que conocer otras novelas de Auster, lo que la hace aún más incomprensible para quienes se acercan por vez primera a este afamado autor norteamericano.

Según ha declarado el propio autor, esta novela marca el punto final de su carrera, siendo una suerte de homenaje a toda su obra, de ahí que aparezcan guiños a personajes de muchas de ellas.

Ahora bien, "Viajes por el Scriptorium" comienza con el protagonista -Mr. Blank- encerrado en un cuarto, sin saber quién es y por qué está allí. Tampoco sabe dónde está. Sin embargo, comienza a recibir una serie de visitas que algo de luz arrojan sobre su historia. Sabe de alguna forma que aquellos que le visitan están relacionados con él, a algunos les guarda afecto, a otros les teme, todos son personajes que han pasado por las novelas de Auster, contándonos más de su historia, cómo siguió su vida después de protagonizar alguna novela. Ficción dentro de la ficción.

Se hace complejo diferenciar entonces la realidad -que nos representa la obra- con la ficción. La mente del protagonista no se adecua bien a su realidad, sus fantasmas se le aparecen cobrándole viejas querellas, todos tienen algo que decir. No es descabellado pensar que representan una rebelión contra su creador (¿Auster?, ¿Mr. Black?, Dios al fin y al cabo).

Por cierto que la novela entretiene y mucho. Auster ha logrado cultivar un estilo que atrapa desde las primeras páginas. El lector desea tanto como Mr. Black desentrañar los misterios que velan la mente del protagonista, los que se van develando poco a poco. Recomendable.

sábado, 24 de octubre de 2009

La contadora de películas

La última novela de Hernán Rivera Letelier. Adivinarán que se desarrolla en la pampa salitrera, como todas las otras novelas de este autor chileno. No negaré que entretiene, pues Rivera Letelier se ha convertido en un buen contador de historias, pero creo que ya merecemos otra temática, otra atmósfera (ya sabemos todo del sufriente mundo de la pampa), en fin, otro mundo del que estoy seguro este autor puede crear. El hilo se ha estirado mucho y ya no es novedad otra historia ínfima -en el sentido que bien podía ser un capítulo cualquiera de cualquiera de sus otras novelas y pasaría muy bien- de la pampa, con giros a otras de sus novelas y personajes.

Pero bueno, vende bien y tiene lectores cautivos -entre los que me cuento- aunque agradecería enormemente una novela distinta. Contemos algo de lo que se trata "La contadora de películas", breve novela que se lee de una sentada.

María Margarita, hija menor de un minero inválido tiene como una de sus entretenciones favoritas, al igual que sus hermanos y todos los habitantes del campamento, asistir a las funciones de cine donde dan las películas de las estrellas de la época. Como no siempre hay el dinero para que pudieran ir todos los hermanos, se resuelve que irá uno solo el que posteriormente contará con pelos y señalas la película al padre y hermanos, previo concurso para elegir quien hará ese papel.

Como se imaginarán, María Margarita vence y se convierte en la contadora oficial de películas, con tanta fama que llegan a escucharla de todos los rincones del campamento, cobrando entrada por su "arte". Se cree el cuento la niña.

La novela es poco más que esa anécdota. La madre de la protagonista los abandonó a todos hacía pocos años. Mucho menor que su marido inválido, poco la ataba a ese campamento. Como siempre sucede en las novelas de Rivera Letelier, las tragedias siempre llegan. Se muere el padre y su frágil familia pierde el único sostén y se desintegra. Poco hay que esperar de la suerte de esta chica que se está conviertiendo en mujer, salvo las desventuras típicas del desierto.

En resumen, otra entrega de la interminable saga de novelas de la pampa en que se demuestra una vez más el oficio del autor pero asimismo una falta de imaginación atroz. Eso sí, entretiene en su liviandad.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

En el lago

Los días pasan demasiado rápido. No me queda tiempo para leer y menos para escribir en mi blog! Pero siempre llega el día en que me veo escribiendo mi post, como ahora que comento esta segunda novela de Yasunari Kawabata. Quedé fascinado con la ambientación de la anterior, por eso que seguí enseguida con otra de sus novelas, pero ésta no me satisfizo.

Quizá quedó la vara muy alta. Puede ser, pero lo cierto es que "En el lago" no se acerca a la exquisita atmósfera que logra Kawabata con "Lo bello y lo triste" comentada en el post anterior. No hay comparación. Esta novela es experimental, no tiene forma ni estructura. Muy moderna será, pero prefiero toda la pausa y tranquilidad de la primera.

La historia no es más que el relato de una obsesión -o varias obsesiones para ser precisos- del personaje central, Gimpei Momoi, un hombre joven, profesor cesado de su cargo, que se obnubila ante la belleza de la mujer joven (cualquier semejanza con quien escribe es pura coincidencia) que lo lleva a seguirlas y perseguirlas de las más intrincadas maneras y de forma humillante la mayoría de las veces.

Esa es una de sus obsesiones. La otra importante son sus pies, que los considera horrendos. Juegan su papel en la novela, tiene su explicación pero en realidad no aportan mucho. Sí lo hace el perfil sicológico que se va encajando a medida que transcurren las páginas -pues la novela no sigue una estructura definida como ya mencioné- que termina por condenar al deprimente Momoi.

La novela no es más que eso. Con esta no le habría otorgado el Nobel a Kawabata. Con la anterior sí.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Lo bello y lo triste

Espléndida novela póstuma del escritor japonés Yasunari Kawabata, Premio Nobel del año 1968. Regalo de cumpleaños -junto a otra novela del mismo autor que ya comencé a leer- que me abrió los ojos a la bella prosa de este autor asiático, tan distinta a la que uno acostumbra a leer (autores occidentales y latinoamericanos en general).

Varias semanas pasaron para que terminara de leer este libro, más bien pequeño. Falta de tiempo, no de entusiasmo y asombro. Asombro por la cultura japonesa, tan particular a ojos occidentales, tan ceremoniosa, respetuosa y llena de tradiciones. Tan rica en ritos, costumbres e historia, que no dejada de llamarme la atención. Y entusiasmo, por que la historia es potente, fuerte, rupturista y cautivante.

Oki -un escritor de mediana edad- protagoniza esta historia junto a Otoko, pintora de renombre y antigua amante, y a Keiko, joven y hermosa discípula de esta última, quien jugará un importante papel en la trama, como consecuencia de su particular forma de ser y actuar. Es interesante como el autor trata las distintas personalidades de estos tres actores principales, especialmente la aparente fragilidad emocional de Keiko, quien no se hace cuestionamientos morales por nada, con tal de salirse con la suya. Sin embargo, creo que es necesario explicar más la relación entre estos personajes para que se entienda mejor.

Otoko y Oki fueron amantes por un corto tiempo, cuando ésta sólo tenía 16 años y Oki casi la doblaba en edad y estaba casado con un hijo. Un amor intenso, corto, que terminó abruptamente luego de Otoko perdiera su bebé al séptimo mes de embarazo y tuviera que internarse en una clínica siquiátrica pues había intentado quitarse la vida. Junto a su madre huyen de Tokio para instalarse en Kyoto y escapar así de Oki, a quien nunca pudo olvidar. Tanto es así, que nunca se casó.

Oki tampoco la olvidaba. Se hace escritor famoso justamente con la publicación de una novela que cuenta todos los detalles de esa relación, lo que es un martirio para todas (esposa, amante). La nostalgia lo hace viajar un fin de año a Kyoto y se reúne con ella, la que aparece acompañada de Keiko, su joven discípula con la cual vive. Por supuesto, Keiko sabe la historia, conoce el libro, sabe lo que siente su Maestra y decide hacerse parte de la historia, desencadenando un verdadero drama, donde la pasión, el amor y la crueldad se hacen presente. Nada más quiero agregar sobre la trama, ya he contado suficiente.

Sin embargo, permítanme una apreciación personal sobre el estilo de Kawabata y la cultura japonesa. Exquisitamente retratada la belleza de Keiko y Otoko, la suavidad y elegancia de las mujeres japonesas se muestra en todo su esplendor, junto con descripciones muy ricas y complejas de ambientes y escenarios. A ello agregaría un retrato preciso de la sabiduría de una cultura milenaria, con tradiciones ancestrales, respeto por sus costumbres y sus templos -que aparecen por todos lados- que provacan admiración. En síntesis, una gran novela que recomiendo entusiastamente.