domingo, 20 de diciembre de 2009

Mil grullas

Otra novela de Yasunari Kawabata, la tercera que leo en poco más de dos meses del mismo autor. Si bien la segunda no me gustó mucho (En el lago), ésta se acerca mucho a la primera, que me encantó (Lo bello y lo triste).

El simbolismo japonés, las tradiciones tan arraigadas en la población, la importancia de las ceremonias -entre otras, la del té, como en esta novela- quedan extraordinariamente plasmadas por la pluma de Kawabata y son una verdadera atracción para nosotros los occidentales. O por lo menos, para mi, pues me cautivan. Además, este autor es maestro en describirlas, lo que se agradece. Las imágenes, los olores y la belleza casi se palpan de tan reales que se nos muestran que es todo una delicia.

La ceremonia del té es un rito con muchos fines, o más bien, se desarrolla en una múltiplicidad de situaciones, algunas cargadas de fuerte erotismo, ý cuyos cultores la transmiten de generación en generación. Los tazones y los utencilios son verdaderas reliquias, los que se van heredando o transmitiendo de familia en familia.

Pero por qué tanto preámbulo relacionado con está ancestral ceremonia. Pues es parte vital de la trama de esta espléndida novela. El padre del protagonista, Kikuji, era un consumado maestro de esta ceremonia, que compartía con sus amantes. A la muerte de aquél, Kikuji recibe una invitación a participar de una de estas ceremonias, organizada con la intención de buscarle novia.

Chikako, una oscura mujer, ex amante de su padre, comienza a inmiscuirse en la vida de Kikuji. Ella es la organizadora de tal ceremonia, en la casa de la señora Ota, una mujer que tendrá gran protagonismo -junto a su hija- también una antigua amante de su padre.

Las intrigas, las mentiras y engaños se suceden, desgracias varias suceden, con muertes incluidas, todo alrededor de la figura, frágil más bien, de Kikuji, que vive aún a la sombra de su padre y de sus relacioines amorosas. Mucho tiene que ver la despiadada señora Chikako.

En síntesis, una gran novela, deliciosa para los sentidos, de uno de los autores clave de la narrativa japonesa contemporánea.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Viajes por el Scriptorium

Extraña esta novela de Paul Auster -bueno, ese es uno de sus méritos también- escrita en el año 2006. Para entenderla mejor hay que conocer otras novelas de Auster, lo que la hace aún más incomprensible para quienes se acercan por vez primera a este afamado autor norteamericano.

Según ha declarado el propio autor, esta novela marca el punto final de su carrera, siendo una suerte de homenaje a toda su obra, de ahí que aparezcan guiños a personajes de muchas de ellas.

Ahora bien, "Viajes por el Scriptorium" comienza con el protagonista -Mr. Blank- encerrado en un cuarto, sin saber quién es y por qué está allí. Tampoco sabe dónde está. Sin embargo, comienza a recibir una serie de visitas que algo de luz arrojan sobre su historia. Sabe de alguna forma que aquellos que le visitan están relacionados con él, a algunos les guarda afecto, a otros les teme, todos son personajes que han pasado por las novelas de Auster, contándonos más de su historia, cómo siguió su vida después de protagonizar alguna novela. Ficción dentro de la ficción.

Se hace complejo diferenciar entonces la realidad -que nos representa la obra- con la ficción. La mente del protagonista no se adecua bien a su realidad, sus fantasmas se le aparecen cobrándole viejas querellas, todos tienen algo que decir. No es descabellado pensar que representan una rebelión contra su creador (¿Auster?, ¿Mr. Black?, Dios al fin y al cabo).

Por cierto que la novela entretiene y mucho. Auster ha logrado cultivar un estilo que atrapa desde las primeras páginas. El lector desea tanto como Mr. Black desentrañar los misterios que velan la mente del protagonista, los que se van develando poco a poco. Recomendable.

sábado, 24 de octubre de 2009

La contadora de películas

La última novela de Hernán Rivera Letelier. Adivinarán que se desarrolla en la pampa salitrera, como todas las otras novelas de este autor chileno. No negaré que entretiene, pues Rivera Letelier se ha convertido en un buen contador de historias, pero creo que ya merecemos otra temática, otra atmósfera (ya sabemos todo del sufriente mundo de la pampa), en fin, otro mundo del que estoy seguro este autor puede crear. El hilo se ha estirado mucho y ya no es novedad otra historia ínfima -en el sentido que bien podía ser un capítulo cualquiera de cualquiera de sus otras novelas y pasaría muy bien- de la pampa, con giros a otras de sus novelas y personajes.

Pero bueno, vende bien y tiene lectores cautivos -entre los que me cuento- aunque agradecería enormemente una novela distinta. Contemos algo de lo que se trata "La contadora de películas", breve novela que se lee de una sentada.

María Margarita, hija menor de un minero inválido tiene como una de sus entretenciones favoritas, al igual que sus hermanos y todos los habitantes del campamento, asistir a las funciones de cine donde dan las películas de las estrellas de la época. Como no siempre hay el dinero para que pudieran ir todos los hermanos, se resuelve que irá uno solo el que posteriormente contará con pelos y señalas la película al padre y hermanos, previo concurso para elegir quien hará ese papel.

Como se imaginarán, María Margarita vence y se convierte en la contadora oficial de películas, con tanta fama que llegan a escucharla de todos los rincones del campamento, cobrando entrada por su "arte". Se cree el cuento la niña.

La novela es poco más que esa anécdota. La madre de la protagonista los abandonó a todos hacía pocos años. Mucho menor que su marido inválido, poco la ataba a ese campamento. Como siempre sucede en las novelas de Rivera Letelier, las tragedias siempre llegan. Se muere el padre y su frágil familia pierde el único sostén y se desintegra. Poco hay que esperar de la suerte de esta chica que se está conviertiendo en mujer, salvo las desventuras típicas del desierto.

En resumen, otra entrega de la interminable saga de novelas de la pampa en que se demuestra una vez más el oficio del autor pero asimismo una falta de imaginación atroz. Eso sí, entretiene en su liviandad.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

En el lago

Los días pasan demasiado rápido. No me queda tiempo para leer y menos para escribir en mi blog! Pero siempre llega el día en que me veo escribiendo mi post, como ahora que comento esta segunda novela de Yasunari Kawabata. Quedé fascinado con la ambientación de la anterior, por eso que seguí enseguida con otra de sus novelas, pero ésta no me satisfizo.

Quizá quedó la vara muy alta. Puede ser, pero lo cierto es que "En el lago" no se acerca a la exquisita atmósfera que logra Kawabata con "Lo bello y lo triste" comentada en el post anterior. No hay comparación. Esta novela es experimental, no tiene forma ni estructura. Muy moderna será, pero prefiero toda la pausa y tranquilidad de la primera.

La historia no es más que el relato de una obsesión -o varias obsesiones para ser precisos- del personaje central, Gimpei Momoi, un hombre joven, profesor cesado de su cargo, que se obnubila ante la belleza de la mujer joven (cualquier semejanza con quien escribe es pura coincidencia) que lo lleva a seguirlas y perseguirlas de las más intrincadas maneras y de forma humillante la mayoría de las veces.

Esa es una de sus obsesiones. La otra importante son sus pies, que los considera horrendos. Juegan su papel en la novela, tiene su explicación pero en realidad no aportan mucho. Sí lo hace el perfil sicológico que se va encajando a medida que transcurren las páginas -pues la novela no sigue una estructura definida como ya mencioné- que termina por condenar al deprimente Momoi.

La novela no es más que eso. Con esta no le habría otorgado el Nobel a Kawabata. Con la anterior sí.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Lo bello y lo triste

Espléndida novela póstuma del escritor japonés Yasunari Kawabata, Premio Nobel del año 1968. Regalo de cumpleaños -junto a otra novela del mismo autor que ya comencé a leer- que me abrió los ojos a la bella prosa de este autor asiático, tan distinta a la que uno acostumbra a leer (autores occidentales y latinoamericanos en general).

Varias semanas pasaron para que terminara de leer este libro, más bien pequeño. Falta de tiempo, no de entusiasmo y asombro. Asombro por la cultura japonesa, tan particular a ojos occidentales, tan ceremoniosa, respetuosa y llena de tradiciones. Tan rica en ritos, costumbres e historia, que no dejada de llamarme la atención. Y entusiasmo, por que la historia es potente, fuerte, rupturista y cautivante.

Oki -un escritor de mediana edad- protagoniza esta historia junto a Otoko, pintora de renombre y antigua amante, y a Keiko, joven y hermosa discípula de esta última, quien jugará un importante papel en la trama, como consecuencia de su particular forma de ser y actuar. Es interesante como el autor trata las distintas personalidades de estos tres actores principales, especialmente la aparente fragilidad emocional de Keiko, quien no se hace cuestionamientos morales por nada, con tal de salirse con la suya. Sin embargo, creo que es necesario explicar más la relación entre estos personajes para que se entienda mejor.

Otoko y Oki fueron amantes por un corto tiempo, cuando ésta sólo tenía 16 años y Oki casi la doblaba en edad y estaba casado con un hijo. Un amor intenso, corto, que terminó abruptamente luego de Otoko perdiera su bebé al séptimo mes de embarazo y tuviera que internarse en una clínica siquiátrica pues había intentado quitarse la vida. Junto a su madre huyen de Tokio para instalarse en Kyoto y escapar así de Oki, a quien nunca pudo olvidar. Tanto es así, que nunca se casó.

Oki tampoco la olvidaba. Se hace escritor famoso justamente con la publicación de una novela que cuenta todos los detalles de esa relación, lo que es un martirio para todas (esposa, amante). La nostalgia lo hace viajar un fin de año a Kyoto y se reúne con ella, la que aparece acompañada de Keiko, su joven discípula con la cual vive. Por supuesto, Keiko sabe la historia, conoce el libro, sabe lo que siente su Maestra y decide hacerse parte de la historia, desencadenando un verdadero drama, donde la pasión, el amor y la crueldad se hacen presente. Nada más quiero agregar sobre la trama, ya he contado suficiente.

Sin embargo, permítanme una apreciación personal sobre el estilo de Kawabata y la cultura japonesa. Exquisitamente retratada la belleza de Keiko y Otoko, la suavidad y elegancia de las mujeres japonesas se muestra en todo su esplendor, junto con descripciones muy ricas y complejas de ambientes y escenarios. A ello agregaría un retrato preciso de la sabiduría de una cultura milenaria, con tradiciones ancestrales, respeto por sus costumbres y sus templos -que aparecen por todos lados- que provacan admiración. En síntesis, una gran novela que recomiendo entusiastamente.

sábado, 27 de junio de 2009

Elogio de la madrastra

Muy buena novela de Mario Vargas Llosa, el famoso escritor -y político también podríamos agregar- peruano, escrita el siglo pasado, allá por el año 1988, considerada su primera novela erótica.

A las virtudes propias de la prosa de Vargas Llosa, se le agrega una mezcla muy bien lograda de imágenes y palabra, pues las aventuras eróticas de los protagonistas se recrean en las pinturas famosas que matizan y encienden los juegos y deseos de aquéllos.

Doña Lucrecia, segunda esposa del viudo don Rigoberto, es una bella y sensual mujer, entrando de muy buena forma en los cuarenta años. Una sola preocupación perturba su felicidad plena: que el hijo de don Rigoberto, Fonchito de 12 años, la quiera y acepte como su madrastra y no la vea como una usurpadora. Y todo parece ir de maravillas, cuando en su cumpleaños recibe muestras de que se ha ganado el corazón de Fonchito.

Pero cuando todo parece perfecto, el inocente y angelical Fonchito hace de las suyas. Espía a doña Lucrecia para verla desnuda, amenaza con matarse pues ésta lo comienza a tratar con indiferencia por esos hechos, hasta que consigue sus oscuros propósitos. ¿Premeditado? ¿Angel o demonio? Cada cual saca sus propias conclusiones.

El caso es que el niñito de los rizos dorados escribe para su colegio un texto que él llamó "Elogio de la madrastra" y se lo lee a su papito -don Rigoberto- para que le de su opinión y lo corrija, llegado el caso, todo inocentemente. Empero, en ese tierno relato deja al descubierto las singulares relaciones con su madrastra, desencadenando toda una serie de acontecimientos no previstos por doña Lucrecia.

Genial relato de Vargas Llosa. Tanto le gustó el tema y sus personajes que publicó tiempo después "Los cuadernos de don Rigoberto", novela que también leí y de la cual guardo gratos recuerdos.

domingo, 14 de junio de 2009

Las obras infames de Pancho Marambio

Este es el curioso título de la última novela que leí, del escritor peruano Alfredo Bryce Echenique. Había leído varias novelas de este autor, que me entretiene en general bastante, pero ésta no me convenció en absoluto. Y si terminé de leerla es porque comenzar un libro y no terminarlo es como no cumplir una promesa, es para mí una deslealtad, sólo rota una vez.

Pero no se crea que es un bodrio, por ningún motivo. Tiene sus buenos momentos, característicos de Bryce Echenique, que maneja muy bien el humor y las situaciones jocosas, la tragicomedia podríamos decir, empero, desde mi punto de vista, la trama no es lo suficientemente robusta como en otras de las entregas de este escritor, como por ejemplo "El huerto de mi amada" o "Permiso para vivir", ambas comentadas en este blog.

Vamos al grano. Un exitoso abogado peruano decide retirarse y recalar en la cosmopolita Barcelona, con la intención de recorrer Europa sin prisas y vivir tranquilo, sin la necesidad de trabajar. Bienvenido Salvador Bienaventura es su peculiar nombre y decide comprar un piso o departamento, con las comodidades inherentes a un hombre de su clase y su fortuna. Sin embargo, esa aparente simple tarea y la de arreglarlo y alhajarlo para sus pertenencias y gustos se convertirá en su peor pesadilla, gracias a su amigo, Pancho Marambio, un hombre ruin, mentiroso y aprovechador, que no sólo hará trizas el piso recién comprado sino que la propia vida del protagonista.

Resulta que Bienvenido Bienaventura proviene de una familia que ha sido destruida inmisericordiosamente por el flagelo del alcohol. Pero él logró -hasta sus 54 años y el citado evento- permanecer ajeno a ese vicio que mató a toda su familia. Sin embargo, por obra y gracia del famoso Pancho Marambio -un chanta de la peor especie, de los cuales nos topamos a cada momento en nuestro diario vivir- y de su propia porfía, se deja llevar por la bebida cayendo directamente al despeñadero.

De ahí en más el lector participa de la tragedia de Bienvenido Bienaventura. Desaparece del mapa el mentado Pancho Marambio tan rápido como la dignidad del pobre protagonista, quien termina en una clínica siquiátrica.

Poco y nada más que contar. No me gustó en definitiva. Me hizo tomar enseguida un libro de Vargas Llosa, que promete mucho más.

sábado, 30 de mayo de 2009

La oscura memoria de las armas

Hace poco terminé está novela de Ramón Díaz Eterovic, padre de nuestro famoso investigador privado Heredia. Y digo nuestro, por que Heredia bien podría ser el rey de los huachacas, el Gran Compipa, es más chileno que los porotos, bueno para tomar, conoce todos los antros nocturnos de nuestra querida capital y vive al lado de "La Piojera", el mítico bar cercano al Mercado Central.

Con Heredia nos podríamos cruzar en cualquier esquina. Ha sido protagonista de más de 12 novelas de este prolífero autor y es bueno recordar que también lo tuvimos protagonizando una serie de TV. Nada mal para un detective privado chilensis.

Y a este detective acude una señora que sospecha que la muerte de su hermano no fue producto de un simple robo con violencia. La policía ha archivado el caso, pero Heredia decide tomarlo de mala gana en un principio, más para salir de su letargo que por otra causa, pero que a poco andar empieza a tomar forma una trama que nos retrotrae a los oscuros tiempos de la Dictadura y de sus torturadores.

La trama se sustenta convincentemente, con el telón de fondo de un Santiago oscuro y oculto, donde conviven torturados y torturadores. Los primeros luchan por que se haga justicia y se de a conocer a los culpables, y los segundos por seguir en el anonimato y en las sombras, tratando de dejar atrás un pasado que los condena. Redes de protección tienen estos últimos, empero ya no cuentan con la impunidad del pasado y cada vez se lucha por desenmascarar a más culpables de los atropellos.

Heredia va atando cabos, descubre las actividades de Germán Reyes -el hombre supuestamente asesinado, un ex prisionero político y torturado en Villa Grimaldi- sigue pistas que parecen no conducir a ningún lado, pero avanza a pesar de si mismo, pasando por situaciones y peligros que dan sabor a esta novela policial.

El autor logra contar una sólida historia, plausible, sazonada con buenos momentos de la intimidad de Heredia que permiten configurarlo como un personaje creíble y cercano (habla y razona con su gato, que tiene por nombre Simenon, el famoso autor de novelas policíacas, su único acompañante permanente en su departamento-oficina), todo lo cual posibilita que la lectura de esta obra sea ágil y entretenida. Un acierto.

viernes, 1 de mayo de 2009

El niño con el pijama de rayas

Espléndida y conmovedora novela de John Boyne, escritor irlandés que alcanzó fama mundial con esta novela del año 2007, llevada a la pantalla grande el año pasado.

El autor cree que puede ser considerado un libro infantil, que puede gustarle a los adultos, pues está escrito desde la óptica de un niño de 9 años, Bruno, pero el desarrollo de los acontecimientos y su ambientación (ficción histórica, basada en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz, durante la Segunda Guerra Mundial) no se condice con la ingenuidad propia de los primeros años. Más bien, puede ser recomendada para adolescentes y adultos, como lo hace el editor en la contratapa.

A propósito de esto último, rompiendo con la tradición de esbozar la obra en dicha contratapa, el editor prefirió no contar nada de la novela, para que el lector descubra la historia de Bruno y su familia.

Aquello me ha hecho pensar hasta que punto debo comentar esta novela -que me gustó mucho por lo demás- contradiciendo los deseos de sus editores en nuestra lengua. Creo que es suficiente con haber dicho donde se desarrolla ésta.

Sí me referiré a cómo está escrita. Creo que uno de los grandes méritos de esta obra es la forma en que está escrita, pues le da una fuerza dramática intensa y nueva. El autor logra un lenguaje creible -recordemos que Bruno tiene sólo 9 años- y logra también meterse en su cabeza y pensar como tal, con toda la imaginación, ingenuidad y ternura de esa edad. Por aquí pasa gran parte del éxito de esta novela, la que recomiendo con mucho entusiamo, ideal también para nuestros hijos. Se la recomendé a Diego, El Cuenta Cuentos, para que la lea y la comentemos juntos.

domingo, 19 de abril de 2009

La casa de Dostoievsky

Muy buena novela de Jorge Edwards (merecedora además del Premio Iberoamericano de Narrativa Planeta-Casamérica 2008), íntima, generacional, enfocada en el particular mundo de los intelectuales, la bohemia, y la creación artística, regada con buenos vinos (y malos a veces).

"La casa de Dostoievsky" nos muestra la vida de un poeta (el Poeta, así, con mayúsculas, sin nombre, pero que no es un misterio que se trata de Enrique Lihn, gran poeta chileno, muerto hace más de 20 años, a quien tuve el honor de tener de profesor de Literatura, allá por el año 1983 o 1984, en la Escuela de Ingeniería), que recién se inicia en esas artes, que vive en una particular y antigua y destartalada casa, que deambula junto a sus amigos y escritores por cuanto bar y tugurio hay en el centro de Santiago a fines de los '60, tomándoselo todo y sin ni uno en los bolsillos, pero con una mirada distinta y nueva que le da a su poesía un especial estilo.

Las vicisitudes del Poeta, sus amores (tanto físicos como intelectuales), sus odios y envidias hacia otros poetas -especialmente de Nerón Neruda-, los vaivenes caprichosos de la vida, quedan muy bien reflejados por la maestría de Edwards, que le da al texto un aire muy especial, donde el lector queda atrapado sin poder salir.

Edwards fue un espectador privilegiado de muchas de las anéctodas en que participó el Poeta, sin duda compartió mesa y vino muchas veces con él y tantos otros citados en el texto, lo que enriquece aún más esta especie de biografía novelada de Linh. Es sorprendente cómo vive y sobrevive un intelectual, pasando de un país a otro, colaborando con revistas y publicaciones o trabajando en universidades, compartiendo su talento con todos.

Siguiendo con la novela, el Poeta se enamora de su Teresita, quien de una u otra manera lo acompaña hasta el último de sus días. El Poeta la sigue a París, donde viven su amor clandestinamente, hasta que éste viaja a la Cuba revolucionaria a recibir un premio, quedándose algunos años. Buenos momentos pasa en Cuba, hasta que la situación se pone complicada y no queda más que escapar -de eso sabe mucho Jorge Edwards- llegando al convulsionado Chile pre Golpe de Estado.

Todo el tratamiento histórico-político es igualmente importante y por cierto entretenido. El Poeta, recibido por su inefable Teresita y sus amigos de siempre, recala en un momento complejo coronado por la llegada del Dictador y la muerte del poeta oficial.

No puedo afirmar nada sobre la veracidad de historia de Lihn -y si éste estará riéndose o revolcándose en su tumba- pero sí puedo decir que es muy buena y entretenida y por lo tanto muy recomendable.

domingo, 29 de marzo de 2009

Las piadosas

Otra novela con el sello propio de Federico Andahazi, escritor argentino -psicólogo de profesión- con varias obras a su haber en las que mezcla convenientemente y a dosis altas en ciertas ocasiones, hechos y personajes históricos con situaciones improbables matizadas con humor negro, que funcionan magníficamente. De él he leído "El Anatomista", su primera novela y "La ciudad de los herejes", las dos muy interesantes, las que se han anclado en mi memoria, signo de que algo tienen.

"Las piadosas" es una novela gótica con todas sus letras, que recrea hechos increíbles y espléndidamente narrados, ocurridos en la Europa de fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, que traspasan a toda la intelectualidad de la época, pasando por los más influyentes e importantes escritores franceses e ingleses de esos años. Comienza la historia cuando un grupo muy peculiar llega a Villa Diodati, en Ginebra, en los faldeos de Los Alpes suizos, sitio al que solo se llega cruzando el lago Leman que lo circunda. En dicho grupo venían Lord Byron, Percy y Mary Shelley (autora de Frankenstein o el moderno Prometeo), Claire Clairmont y John Polidori, el secretario personal de Lord Byron y quien se transforma en el personaje central de la novela.

Está documentado que en el verano del 1816 ese conspicuo grupo alquiló Villa Diodati -ver los enlaces- pero Andahazi va más allá y describe la relación de Polidori con su Lord y la envidia como motivadora de sus actos. Polidori era un joven doctor en medicina con ciertas inclinaciones literarias, que soñaba con escribir una obra que le trascendiera y le ganara el respecto de Lord Byron, el que lo humillaba constantemente.

Al llegar a Villa Diodati, John Polidori recibe una misteriosa correspondencia, en un llamativo sobre negro lacrado, donde le cuentan una increible historia y cómo el podía ser partícipe llegando a cumplir su sueño de ser padre de una obra magistral. La remitente es un adefesio humano, un monstruo oculto del que nadie o casi nadie conoce su existencia, hermana de dos bellas actrices -gemelas idénticas- ya caídas en desgracia, pero que tiene particularidades impresionantes, que es mejor que descubran en la lectura de la obra.

El selecto grupo disfrutaba de la disipada vida de esa época, excluyendo casi de toda actividad a John Polidori, hasta que una noche Lord Byron decide invitar a todos a escribir una pequeña historia a ser leída en unos días más, ocasión en que John Polidori se presenta con la obra que le entregó Annette Legrand, que así se llamaba ese ser espeluznante escondido del mundo. John Polidori llega confiado al encuentro y comienza a leer "su obra" sin más, "El Vampiro", terminando con el asombro de todos y con Lord Byron y Percy Shelley arrojando sus propios escritos al fuego ante la magnificencia del escrito del doctor Polidori. Sólo Mary Shelley leyó el suyo (Frankenstein) pero sin que John Polidori la oyera, pues se había ido a su habitación, gozando de su triunfo.

Alentado por esa sensación única intenta que su cómplice le entregue más obras, ampliando el trato al que habían llegado, pero la suerte no le sonríe esta vez, precipitándose los acontecimientos de manera inesperada y con toques de humor geniales, que no puedo revelar para no contar más detalles de la novela.

En síntesis, una obra que sorprende, que entretiene mucho y que recomiendo sin reparos.

jueves, 5 de marzo de 2009

El resto es silencio

Maravillosa novela de Carla Guelfenbein, triste, desoladora, pero espléndida. Los sentimientos más profundos se ven remecidos por esta historia, la de Tommy, pero a la vez lo es también de tantos y tantos seres solitarios, excluidos, diferentes, que experimentan ese sordo dolor propio de la incomunicación.

La historia es muy fuerte pero atrapa desde el principio, muy bien llevada por la autora. Gira en torno a una familia especial, pero igualmente alrededor de su historia, de su pasado. Tommy, un pequeño de 12 años, con una grave enfermedad coronaria que lo ha acompañado toda su corta vida, tiene un mundo interior muy rico, lleno de fantasías, con amigos imaginarios incluidos -los de carne y hueso se le resisten- descubre sin querer un secreto que altera su fragil cotidianidad, pero que lo impulsa a avanzar en busca de las raíces mismas del problema, de su propia vida.

Juan, el padre de Tommy, un exitoso cirujano -un dios, como muchos doctores se sienten- luego de su viudez, se vuelve a casar con Alma, una mujer con sus propios fantasmas, pero que se entiende bien con Tommy y lo quiere como un hijo. Es difícil no identificarse con los personajes, un padre más ausente de lo necesario, el trabajo como refugio, la relación con los hijos pequeños, uno llega a plantearse -como padre- si lo hace bien o mal, los errores cometidos, en fin, llega fuerte la novela en esos rinconcitos que nos duelen. El amor que muchas veces se ve como indestructible se resquebraja ante nuestros propios ojos sin poder hacer siquiera nada.

Algo así va pasando con Alma y Juan, los recuerdos siempre presentes de la madre de Tommy, el encuentro con un antiguo amor, Tommy con su visión de niño y una perpicacia de adulto es testigo de ese resquebrajamiento sintiéndose culpable. Pero en su búsqueda avanza incansable, realiza proezas nunca antes vistas, descubre la amistad, vive sus mejores momentos, pero se presiente algo, unos nubarrones que desgarran, un dolor que no se puede describir.

No quiero seguir. Sólo que esta novela hace que uno se planteo muchas cosas respecto a la relación con los hijos. Cómo es su mundo, cómo cabemos en él, sentirá que estamos a su lado, el amor incondicional que nos dan lo sentirán de vuelta. La novela es triste y cala hondo, pero es muy buena. No pierdan la oportunidad de leerla.

domingo, 15 de febrero de 2009

Tombuctú

Otro regalo de navidad. Paul Auster -el célebre autor norteamericano- nos tiene acostumbrados a su estilo, algo fuerte, deslenguado, pero certero y claro. Refleja bien los tiempos que corren y retrata magníficamente la marginalidad del gigante del norte, donde no todo es oportunidades y las luces no brillan tanto.

Pero con esta novela, del año 1999, sorprende aún más. Su protagonista es Míster Bones, un perro cualquiera -un quiltro diríamos aquí- con ciertas particularidades muy especiales: tiene más humanidad que muchos de nosotros, siente, sueña, piensa, ama, acompaña, en fin, se comporta como el mejor de los amigos (¡acaso un perrito no lo es siempre!) siempre fiel al lado de su dueño, el vagabundo William Gurevich, hombre con cierto talento literario, hijo de inmigrantes europeos, pero que cayó en desgracia por varios de los vicios conocidos, llegando a extremos sicóticos -un encuentro místico con el mismísimo Santa Clauss a través de la TV que le cambió la vida, dedicándola desde entonces a la caridad, haciéndose llamar desde ese momento Willy Christmas.

Pero éstos son detalles. Míster Bones sabe que su amo se muere. La crudeza del clima del norte, las noches a la intemperie, la lluvia, la escasa y mala alimentación han llevado a Willy Christmas a la ciudad de Baltimore, seguro su último paradero, en busca de la antigua maestra de William, la única que creyó y alentó al entonces joven estudiante en sus afanes artísticos, con el fin de entregarle todos sus escritos. Míster Bones ha aprendido todo lo que sabe de su amo. Lo ha escuchado por muchos años, han aprendido a sobrevivir los peores días de sus vidas, pero no sabe que hará cuando se encuentre solo.

La angustia que todos sentimos ante una pérdida inevitable la comienza a vivir Míster Bones, con el agravante que no la puede compartir -sólo le falta hablar- y tiene que afrontarla como pueda. Sueña la muerte de su amo tal como ocurre y se ve solo y desamparado, comenzando un peregrinaje que lo lleva a dos lugares muy distintos pero donde es acogido por un tiempo.

Sin embargo, los recuerdos, el abandono emocional, los sueños recurrentes, la promesa de encontrarse con su amo en Tombuctú -el lugar tan especial del que le habló su amo al que iría una vez muerto- comienzan a desestabilizalo, precipitando los acontecimientos, relatados con la maestría de siempre por este observador sagaz de las miserías humanas, como lo es Auster.

sábado, 31 de enero de 2009

Tomás Emilio

Sólo hace una semana que lo he podido tomar en brazos, 7 días en que ha tenido que respirar por sus pulmones, tomar leche (materna y de la otra), llorar poquito y dormir mucho. Hace sólo una semana que nació Tomás Emilio, el 24 de enero en la madrugada (0:59 hrs.), pesando más de 4,2 kilos, grande como sus padres, con 54 cm. de altura. Con unas manos grandes de dedos largos y unos ojitos muy vivos y lindos, que miran sin ver aún pero que transmiten mucha ternura y amor.

Aunque aún no recupera todo su peso, se ve cada día más grande, más rellenito, sonríe mucho (lo que sin duda son muecas provocadas por chanchitos o cólicos, se ve muy lindo sonriendo) y responde a las torpes canciones de cuna que le canto, quedándose quietito mientras lo mezo en mis brazos.

La mamá, Katia, cada día se siente mejor, muy pero muy feliz de acariciar y mimar a Tomito, trabajando sin descanso en los cuidados propios de un recién nacido, recibiendo agradecida la poca ayuda que le puedo brindar.

Todos felices con Tommy. Los abuelos chochos, sus hermanos muy contentos y felices con la esperada llegada de Tomás, aunque Diego no lo ha podido conocer personalmente, pues sigue de vacaciones por el sur. Sí lo ha visto por las fotos que subí en Facebook y por videochat. Está muy ansioso de verlo. Gabriela, en tanto, lo tiene cerca desde su llegada a la casa y se ha portado muy bien, dándole mucho cariño a su hermano chiquito.

Se despierta como un relojito para sus papas, primero se mueve mucho -queda atravezado en la cuna- y luego empieza a alegar un poco. Cuando llega la hora, mueve su cabecita de lado a lado buscando su tetita, hasta que hay que tomarlo en instalarlo. No es fácil que comience a mamar, pero cuando lo logra toma su ritmo y no hay quien lo pare por los próximos 25 a 30 minutos hasta que el sueño lo vence. Luego, toma su relleno y queda lona, hasta que todo el proceso se repite a las tres horas.

Feliz con la llegada de mi tercer hijito biológico. Gonzalo, mi primogénito, todo un hombre de 20 años, ya en tercer año de ingeniería; Diego, con 12 añitos, es un niño aún, lleno de magia y amor, y ahora Tomás, de sólo unos días, completa de trilogía de varones. ¡Falta sólo uno para el equipo de babyfútbol!

jueves, 1 de enero de 2009

El misterio de las Tanias

El reconocido economista chileno y académico de renombradas universidades nacionales e internacionales Sebastián Edwards incursiona con ésta su primera novela en el mundo literario de ficción y el resultado lo debe haber dejado satisfecho. Al menos a mí me entusiamó y entretuvo bastante, aunque algunos reparos estilísticos me merece, según explicaré más adelante.

Hay que reconocer en todo caso que la historia es potente -se me pegó esa muletilla del Ministro Velasco- ingeniosa y bien entramada, estando aquí el mayor mérito, a mi juicio, de Edwards pues mezcla acertadamente hechos históricos que nos han marcado a todos los latinoamericanos con una trama cargada de intrigas, traiciones, secretos y espías, dando como resultado una novela entretenida, amena y fresca en su contenido.

Pero vamos a la historia. Todo comienza con un extraño asesinato. Bobby, el amigo de toda la vida del protagonista -un profesor universitario chileno radicado en EE.UU., culto, de muy buen pasar, conocedor, con estilo (queda siempre claro que uno escribe desde su experiencia, pues este profesor no es extraño que se parezca a Edwards), inteligente- es encontrado muerto en extrañas circunstancias en Colombia, un crimen no aclarado y que para el protagonista tiene supuestamente su origen en las "Tanias", una teoría que el propio Bobby le había contado tiempo atrás sobre unas supuestas espías preparadas por los cubanos para infiltrar las altas esferas políticas y económicas de los países latinoamericanos, en los tiempos del Che Guevara y Fidel Castro.

Así, haciéndose la convicción que Bobby murió por investigar ese asunto, recibe el encargo de la hermana de éste para que busque que fue lo que realmente pasó con su amigo, tarea a la que se entrega, no sin considerar que es un error, sin saber que se estaba metiendo en un tremendo embrollo, tarea para la cual no está obviamente preparado, que lo llevará por varios países del mundo y que le costará más de alguna golpiza y muchos malos ratos.

Sin embargo, con tesón, deducción e ingenio -y la ayuda de varios ex espías cubanos y otros ex revolucionarios de esas épocas- se empieza a meter cada vez más en esa apasionante historia, hasta resolver casi todos sus enigmas, que incluyen la activación de las Tanias y el eventual rescate de un multimillonario tesoro.

Es encomiable el rigor histórico de la novela, la profusión de datos y episodios de esos convulsionados tiempos, pero quizás en esto radica una debilidad de la novela, producto a mi juicio del rigor académico del autor, pues tiende a repetir en demasía hechos y situaciones ya pasadas, tal como si estuviera frente a una clase de sus alumnos menos aventajados. Este punto es a mi juicio uno que debería pulirse, aunque es un detalle fruto de mi apreciación personal. En todo caso, no le quita el sabor a la novela, que igualmente es muy atractiva y recomendable.