sábado, 26 de abril de 2008

La llorona, de Marcela Serrano

Hace una semana terminé de leer ésta, la última novela de la escritora chilena Marcela Serrano, una de las que mejor retrata el universo femenino y de quien he leído todo, sirviéndome mucho para conocer cómo piensan y sienten las féminas y que habría agradecido haberlo leído unas décadas atras. Pero eso es otra historia.

La llorona conmueve. La historia es potente y creíble. El robo de bebés recién nacidos desde hospitales públicos para traficar con órganos o entregarlos en adopción a familias poderosas, abusando de la ignorancia, miseria y pobreza de la gente más humilde es un tema que ha pasado y probablemente seguirá pasando en nuestro país y en Latinoamérica en general. El modus operandi es sencillo, mandan a la madre a casa y dejan a la guagua en el hospital por algún problema, que a la postre le lleva a la muerte y como no es reclamado el cuerpo es incinerado. Sólo le entregan a esa madre deshecha las cenizas y un certificado de defunción y de la guagua nunca más se supo. "Ser pobre es tantas cosas además de la falta de dinero", es la sentencia con que se inicia un capítulo. Y pucha que es verdad y claro que le viene como anillo al dedo a esta novela.

Eso justamente la pasa a la protagonista. Pero en el universo de esta autora, las mujeres se visten de héroes, crecen, renacen del dolor, la esperanza las mueve y así ocurre aquí. La protagonista bsca, investiga, se cruza con una abogada idealista como ella, Olivia, y forman una ONG que lucha contra el poder establecido, contra los médicos y contra todo, logrando dar a conocer este drama.

Y crece tanto que pasa a dirigir la organización, viaja al extranjero, participa de foros televisos, en fin, se convierte en lo que nunca soñó, con el único fin de saber de su hija. Pero a veces los sueños se cumplen y las consecuencias no se miden. La vida no es fácil. He leído algunas críticas no muy favorables sobre esta novela; que es más de lo mismo, que es novela casi rosa. Puede ser, pero conmueve y entretiene, y eso sí que es invaluable.

Hace unos días me escribió una chica peruana, cuyo hermoso nick es Cielo Luna. Me recordó a Olivia, la abogada que lucha junto a la protagonista, pues -además de estudiar leyes- anhela formar una ONG en Perú para luchar contra la pobreza y la falta de oportunidades de la gente pobre. Esta novela es para ti.

martes, 8 de abril de 2008

La casa de los espíritus

Por fin terminé de leer ésta la novela que catapultó a la fama a Isabel Allende. Recuerdo haberla leído hace muchos años, así como también recuerdo la película que se hizo con esta historia (con un elenco de lujo donde destacan Meryl Streep, Jeremy Irons y Glenn Close), que cuenta parte importante de la vida de nuestro querido Chile, incluidos algunos episodios negros de nuestra historia que no vale la pena mencionar.

Esteban Trueba, Clara, Alba, la familia del Valle y tantos otros personajes pertencen ya al imaginario colectivo de muchos de nosotros, tal como los Buendía y Macondo a un nivel global, en las letras hispanoamericanas (permitánme ese símil, guardando eso sí las proporciones). Es un clásico, no cabe duda, y que marcó a Isabel Allende hasta nuestros días, ya no tan sólo en el estilo de narración sino también en las historias entretejidas alrededor de esta célebre novela.

El año pasado se celebraron 25 años de la primera edición de esta obra, que junta tan bien hechos históricos con el mundo mágico al que ya nos acostumbró Isabel Allende. Se centra en la historia del poderoso Esteban Trueba, paradigma de la derecha chilena, apegada al campo, un terrateniente que maneja sus tierras con mano de hierro, creyéndose dueño de todo y de todos, conservador, anticomunista acérrimo, el que sin embargo se va alejando cada vez más de la realidad y de su propia familia, que vive el deterioro moral y social de mediados del siglo pasado que culmina con el cruento golpe de Estado del año 1973.

Es muy entretenida esta novela. Reconocer muchos de los principales actores de esa época (que por supuesto Isabel Allende se abtiene de nombrarlos directamente), sus sueños, sus anhelos; las costumbres y su lenta pero paulatina transformación, los prejuicios tan nuestros, son todos elementos que le dan vida y color a esta obra, que ocupa un lugar de privilegio en las letras nacionales.

Se puede discutir mucho sobre la calidad literaria de las obras de Isabel Allende: tiene muchos detractores -sobretodo entre los intelectuales de este país, tan dados a expresar sus envidias públicamente- pero por cierto hay algunos escritores que la valoran, sin embargo el veredicto popular es claro y la tiene encumbrada como nuestra gran hacedora de "best seller", ya que tiene miles o cientos de miles de incondicionales lectores que aplauden cada una de sus novelas. Por mi parte, me encuentro en un sector intermedio, que valora por sobre todo algo que me parece básico: la entretención, y con Isabel Allende casi siempre ésta está asegurada.