jueves, 22 de marzo de 2007

Cuentos chinos

No se trata de que ahora sí va a funcionar el Transantiago, pues ese cuento ya no se lo traga nadie. Nada de eso. Se trata del último libro que leí, un exquisito y antiguo volumen que reúne diez grandes cuentos chinos (así se llama, por lo demás), de cuatro famosos escritores de esa nacionalidad, a saber: Yu Ta-fu, Lao Sheh, Lu Sin y Mao Tun.
La recopilación es obra de Luis Enrique Délano y Poli Délano, destacados escritores nacionales, personajes públicos de múltiples facetas, diplomáticos, artistas plásticos, etc., quienes tradujeron a estos autores chinos (del inglés y francés principalmente), cuando estuvieron destacados en ese lejano y fascinante país.
Cabe destacar que estos escritores son de los más importantes autores de la literatura china moderna, partícipes de la revolución cultural que significó el Movimiento del 4 de Mayo de 1919, que se inició ese día con las protestas estudiantiles en la mítica Plaza de Tian'anmen. Este movimiento produce profundos cambios culturales, especialmente contra el sistema feudal imperante en China por esa época, lo que se refleja muy bien en algunos de los cuentos.
Yendo entonces a estos cuentos, quizás el más famoso de todos sea "Diario de un loco", de Lu Sin (1881-1936), considerado el más grande escritor chino moderno. Esta es la primera obra de ficción en la literatura moderna china, el que sin embargo no me impresionó tanto como "Restauración de la bóveda celeste", del mismo autor, que relata una antigua leyenda china sobre la fundición de unas piedras por la diosa Nü-wa para restaurar la bóveda celeste que se caía a pedazos.
Hermoso relato, salpicado de bellas leyendas, otra de las cuales explica el origen de la humanidad, atribuido también a esta diosa o emperatriz legendaria, cuando Nü-wa moldea al hombre con tierra amarilla.
Otros títulos que me sedujeron fueron "Intoxicantes noches de primavera", de Yu Ta-fu y "La luna creciente", de Lao Sheh. Este último es un relato triste de una chica en que la luna creciente va marcando hitos importantes y dolorosos en su vida. Triste pero a la vez esperanzador.
En síntesis, un verdadero hallazgo, en una edición de bolsillo Quimantú del año 1971, cuando esa editorial era sinónimo de cultura asequible para todos.

martes, 13 de marzo de 2007

Los cachorros: Pichula Cuéllar

Esta novela corta de Mario Vargas Llosa, escrita en el año 1967, tiene varias particularidades que la convierten en una obra especial: la historia -ya entraré en detalles sobre ella-, el estilo, que nunca antes había leído (pero que aquí funciona bien), que algunos han calificado de fuegos artificiales técnicos y, por lo mismo, tener una cierta musicalidad, que le da esta peculiar forma en que está escrita.
La novela se centra en un grupo de jóvenes del tradicional y pudiente barrio de Miraflores, en el Perú de los años cincuenta, compañeros de un colegio católico, uno de los cuales sufre un horrible accidente (es castrado por el perro de la escuela), pero quien adquiere así singular fama y se hace muy conocido por su particular apodo de "Pichula Cuéllar" (es del caso contar que así quería llamar Vargas Llosa a su novela, pero fue persuadido por sus editores que el nombre no sería muy bien recibido por todos) que si bien en un principio le disgusta sobremanera después lo disfruta y trata de sacarle todo el partido que pueda: es muy popular en su grupo de amingos.
Pero como la vida continúa su andar, al poco tiempo se encuentra con problemas (en especial cuando llega la edad del pololeo o "tirar plan" como se dice tan simpáticamente en la obra) lo que conduce irremediablemente al pobre Pichula Cuéllar a marginarse de su grupo y a realizar todo tipo de proezas riesgosas para llamar la atención. En pocas palabras, se convierte en un inadaptado social.
Es curioso, pero el propio autor se ríe de las muchas interpretaciones que ha tenido esta obra, la que según él es la que más se ha analizado al respecto. Y curioso por que en el volumen que tuve en mis manos, casi la mitad del libro eran distintas interpretaciones sociológicas de esta entretenida historia, sobre la castración, la iglesia, el aburguesamiento de la sociedad peruana, la castración social que provoca esa misma iglesia, el machismo y un largo etc., lo que me parece como mucho y casi con seguridad no estaban en la mente del propio autor.
Pero volviendo a la historia, no es difícil vislumbrar un mal final para el héroe de la misma, los excesos en que cae, su imposibilidad de relacionarse como quisiera con el sexo opuesto, la automarginación, etc., no auguran un final feliz para Pichula Cuéllar, lo que deberá dilucidar el lector, tarea que no es difícil dado la corta extensión de la novela y la fascinación que provoca, despachándola sólo en un par de horas.